El fotógrafo japonés Shomei Tomatsu capturó imágenes inolvidables debido a que en estas logró plasmar la desesperación y la admiración, además de la ira y el deleite que halló en su país después de la Segunda Guerra Mundial.
Este artista es recordado por sus extremadamente poderosas imágenes, que frecuentemente encierran un complejo significado.
Sus mejores obras son capaces de atrapar al espectador de inmediato pero, al mismo tiempo, provocan que se quiera buscar más información para poder contextualizarse y comprender lo que los ojos ven.
Tomatsu, considerado como el primer fotógrafo en explorar la experiencia del Japón de la posguerra y su ambigua relación con los Estados Unidos, retrató este tema de manera más completa e intensa que cualquier otro fotógrafo.
Sandwich Men, Tokyo. 1962. Shomei Tomatsu. Fuente: The Museum of Modern Art
Vale la pena mencionar que solo hacia el final de su vida el tema de la americanización de su país se redujo un poco en su obra, pero fue toral tanto en su vida profesional como personal.
Shomei Tomatsu, nacido en Nagoya en 1930, tenía 15 años cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, lo que lo marcó profundamente debido al intenso sufrimiento que experimentó debido a la devastación.
Su camino en la fotografía lo descubrió gracias a la ayuda de un gran y comprensivo maestro que tuvo y los libros de fotografía bellamente impresos producidos por el editor Iwanami Shoten, para quien trabajaría brevemente, desde 1954 hasta 1956.
La vida como fotógrafo resultaba sencillamente genial para Tomatsu debido a que podía trabajar por su cuenta y la mayoría de sus proyectos los podía elegir, lo que le permitía indagar en lo que realmente le interesaba.
El primer tema en el que decidió enfocarse fue la forma en que su país estaba cambiando en los años de la posguerra.
Local Politicians, 1957. Shomei Tomatsu. Fuente: The Museum of Modern Art
Después de la derrota, la oscuridad y la luz se hicieron claramente visibles y los valores cambiaron en Japón y lo que Tamatsu quería era precisamente capturar esto a través de sus fotografías.
En sus primeras series se centró en la pobreza después de la guerra y la persistencia de una cultura artesanal anterior a la guerra. Posteriormente decidió capturar la belleza y riqueza del Japón tradicional, pero también la insostenibilidad del tipo de vida que se lleva en las comunidades rurales.
Tomatsu descubrió que su trabajo, aunque representaba temas específicos, también contaban con una especie de magia metafórica, lo que las convertía en imágenes universales.
Poco tiempo después fundó la agencia VIVO, considerada por expertos como el epicentro de la fotografía japonesa en los años 60.
Debido a lo anterior, Shomei Tomatsu se convirtió en un mentor muy importante para los fotógrafos japoneses más jóvenes, lo que catapultó su trabajo a otro nivel e hizo que se convirtiera en la leyenda que actualmente es.