Jiang Tie Feng no solo pinta un cuadro porque el resultado de sus obras es música y poesía embrujada, o una serie de dulces sueños que están en pleno transcurso.
Nacido en la provincia de Zhejiang, China, en 1938, Jiang descubrió su amor por el arte a través de la pintura y el dibujo durante la infancia.
El esfuerzo de sus padres lo impulsó a ganar la admisión a la Academia Central de Bellas Artes en Beijing, donde Jiang obtuvo una licenciatura en Artes en 1964, justo antes del comienzo de la Revolución Cultural, donde se fascinó por las técnicas de la tinta tradicional china, pero también por los movimientos pictóricos del surrealismo y fauvismo.
Sin embargo, sin importar el fogueo de este joven pintor, el estallido de esta revolución social y cultural haría inevitable el choque de los artistas con las formas gubernamentales de la estricta China.
De 1966 a 1973, el gobierno chino asignó a Jiang Tie Feng y a otros artistas la producción de carteles y esculturas de propaganda del "realismo socialista" en la exuberante y tropical provincia de Yunnan, en la frontera con Vietnam.
Dicha visita a un paisaje tan exótico demostró ser una vital influencia en el trabajo de Jiang que, aunque padeció terriblemente de enfermedades y obstáculos durante su estadía, aprendió a canalizar su dolor y malos ratos en los lienzos otorgados por el gobierno chino, que no tardó en reconocer el talento de Jiang, haciéndolo uno de los artistas más personales y cercanos al presidente Mao.
Jiang se inspiró en la belleza natural de la provincia de Yunnan y se enfocó en el desarrollo de un estilo propio.
Se centró particularmente en la explotación del color y aprovechando el impacto de la mitología china y el budismo en el mundo para crear piezas con un gran significado simbólico y una demostración innovadora de la paleta de colores.
White Tiger. Fuente: ebay
Dado el éxito y las varias ventas que comenzó a lograr, él y otros dos artistas, He Neng y Liu Shaohui fundaron en secreto la Escuela de Yunnan, que se centró en el colorismo y la autoexpresión, y eventualmente se convertiría en una de las principales influencias de los artistas chinos contemporáneos.
La carrera de Jiang pudo prosperar, incluso bajo las duras realidades de la Revolución Cultural, un tiempo donde experimentó de primera mano la actitud prohibitiva de su gobierno hacia cualquier expresión artística individual, y tuvo que perfeccionar su oficio en secreto.
Su exitosa presencia en toda China, y también en Japón, Malasia, India y Vietnam, Jiang también ilustró libros y dibujos animados para niños, tema que extendió su éxito, consagrándolo como uno de los pinceles más variados y productivos de los últimos años.
En 1979, el gobierno chino le encargó que pintara un mural en representación de la provincia de Yunnan para el Gran Palacio del Pueblo en Beijing.
A pesar de que su éxito fue mayormente logrado en esa región del mundo, en 1982 finalmente alcanzó su merecida notoriedad en Occidente, esto después de que un reportero de National Geographic que cubría la vida en China vio las pinturas de Jiang y pidió llevarlas de regreso a los Estados Unidos para ver si podían encontrarle representación.
No fue de mucha sorpresa que el trabajo de Tiefeng tuviese un gran alcance, por lo que un año después viajó a los Estados Unidos como parte de un programa de intercambio cultural con la Universidad del Sur de California, donde finalmente ocupó un puesto de profesor, expandiendo su escuela y su arte.
Desde 1984, se ha vuelto residente del país, donde continúa educando, también regresando con frecuencia a Beijing, donde atiende continuas muestras y la docencia de aspirantes a la pintura, donde el uso de colores e imágenes audaces continúan incrustados en las enseñanzas. También es miembro de la Asociación China de Bloques de Madera.
Con un profundo amor por la tierra y a sus extraordinarias experiencias de vida, Jiang continúa creando pinturas sublimes, esculturas, tapices y otras obras maestras, forjando su legado como un verdadero maestro cuyo trabajo se recopilará en las próximas décadas.