Mark Rothko, el renombrado maestro de la pintura de campo de color, ha llegado a París en una exposición que arroja luz sobre los aspectos menos conocidos de su evolución artística. La Fondation Louis Vuitton, en el emblemático edificio diseñado por Frank Gehry, presenta una retrospectiva monumental de cuatro pisos que traza el camino del artista desde sus primeros experimentos figurativos hasta su madurez en la abstracción del campo de color.
El presidente de la Fondation, Bernard Arnault, quien es también un ávido coleccionista, afirma que esta exposición es la realización de un deseo personal de mucho tiempo por parte de uno de sus artistas favoritos.
Según él, “cada obra es absolutamente única". La muestra, curada por Suzanne Pagé y Christopher Rothko, el hijo del artista, demuestra de manera innegable la singularidad de cada etapa de la carrera de Rothko.
En el corazón de la exposición, se encuentra el Rothko que la mayoría conoce: sus obras icónicas de la década de 1950 que evocan la sensación de campos de color flotantes. Obras como "Nube Clara, Nube Oscura" y "No. 9" son ejemplos impresionantes de su habilidad para combinar colores vibrantes y exudar una luminosidad única.
Self-Portrait, 1936. Mark Rothko. Foto: ARTnews
Sin embargo, la exposición va más allá y permite a los visitantes explorar los aspectos menos conocidos de Rothko. Sus primeras obras, que datan de la década de 1930, sorprenden por su enfoque figurativo, alejado de la abstracción que lo haría famoso. Pinturas sin título que representan estaciones de metro muestran sus primeros intentos de delimitar el espacio y los inicios de su experimentación con la abstracción.
La retrospectiva también revela la progresión del artista desde la figuración hacia la abstracción. Desde sus primeras incursiones en la abstracción influenciada por el surrealismo hasta sus obras finales en una paleta de colores más oscura, la exposición sigue la transformación de Rothko en un artista visionario.
Las obras maestras de Rothko, como los "Murales Seagram", prestados por Tate Britain, ocupan un lugar destacado en la exposición y atraen a la mayoría de los visitantes. Sin embargo, son las piezas menos conocidas, como las pinturas de su serie "Negro y Gris" de finales de la década de 1960, emparejadas con esculturas de Alberto Giacometti, las que ofrecen una visión única de la experimentación de Rothko con nuevos materiales y estilos artísticos.
Slow Swirl at the Edge of the Sea, 1944. Mark Rothko. Foto: ARTnews
La retrospectiva termina de manera conmovedora, recordando que la carrera de Rothko se cortó abruptamente con su trágica muerte en 1970. La pregunta que queda en el aire es hacia dónde podría haber evolucionado su arte. Sin embargo, esta exposición deja en claro que lo que logró crear sigue siendo relevante, innovador y valioso.
Más de medio siglo después, las pinturas de Rothko siguen siendo un testimonio de contemplación y meditación en el mundo del arte del siglo XX y continúan cautivando a quienes las observan. La retrospectiva en la Fondation Louis Vuitton es un homenaje a un artista inmortal y una oportunidad única para descubrir las múltiples facetas de su genio creativo.