¿Cómo podría dársele cuerpo a lo que no es tangible? ¿Cómo se vería la luz, sino fuera inasible? ¿Qué tan parecida a la luz corporizada puede ser la imaginación… o el infinito? Todas esas preguntas puede respondérselas uno, o seguir haciéndoselas de otra forma, al ver las instalaciones de luz del dúo de artistas Children of the Light.
Children of the Light, dueto formado por Christopher Gabriel y Arnout Hulskamp, describe la luz como un “medio inasible", y ha estado trabajando para aprovechar su poder durante la mayor parte de una década.
Sus instalaciones en vivo transforman e iluminan los espacios en los que se ubican, desde sitos de exhibición icónicos hasta iglesias de 800 años de antigüedad.
No fue hasta que los artistas visuales Children of the Light vieron su trabajo Warping Halos, en la sala principal de 2000 metros cuadrados del icónico De Gashouder de Ámsterdam, que se dieron cuenta de que habían creado algo verdaderamente primitivo.
Miles de personas habían entrado en la sala oscura para ver el anillo giratorio de dos metros de diámetro de luz eléctrica en constante cambio en su centro, envuelto en una fina nube de neblina y acompañado por el sonido de una soprano en vivo.
Christopher y Arnout se alejaron del halo resplandeciente, de la multitud, más allá del sistema de sonido, hasta que vieron su trabajo desde la pared más alejada de la sala. Desde esa distancia, era como ver a la gente reunida alrededor de una fogata, recuerdan.
La relajante hipnosis de mirar fijamente al fuego es atávica y familiar para todos. Está expresado en el hábito evolutivo; en un asombro subconsciente y sublime por la naturaleza de la luz y su importancia para nuestra supervivencia. Desde las plantas hasta los animales, la luz del sol hace posible que exista toda la vida en la tierra, y sin ella no habría oxígeno, ni calor, ni viento, ni nubes.
Ni siquiera podríamos percibir la realidad si no fuera por los toques de color causadospor la interacción de la luz y la materia. Todo lo que vemos, como dijo el impresionista Cezanne, es luz.
Es este tipo de comprensión fundamental de la luz y la profunda conexión de las personas con ésta lo que Christopher y Arnout aspiran a explorar en su arte. Durante la mayor parte de una década, el dúo ha estado creando instalaciones performativas de luz eléctrica, desde la ilusión de un corredor sin fin (Transito , 2018) hasta la escultura cinética que simula el horizonte de la tierra (Entre Luz, 2019). Inspirados en el movimiento artístico Zero, su trabajo es puro, reducido a los materiales más esenciales, y, sin embargo, siempre en busca de algo sagrado y profundo.
Su trabajo colaborativo comenzó en 2012 con Mirror Moon, que fue creado como un acompañamiento visual para los conciertos de Darkside (la banda de Nicolas Jaar y Dave Harrington).
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El trabajo: un enorme espejo circular de dos lados que se deslizaba por el espacio como rayos rítmicos de luz que fueron disparados contra él, se convirtió en un fenómeno por derecho propio y los puso en un camino de obsesión brillante.
Siempre están tratando de capturar la luz, pero en el momento en que la atrapan, éste se transforma en otra cosa. Ese medio es inasible, y eso lo convierte en un tema tan apasionante para los artistas.
Hasta su trabajo Warping Halos, en 2019, Children of the Light nunca había trabajado con nada más que luz blanca. Pero cuando comenzaron Warping Halos, pensaron que era el momento en que podían dar un paso atrás y deconstruirlo, para descubrir qué significan todos los colores.
Se sintieron atraídos por la idea del halo, un fenómeno natural que a veces se puede ver cuando la luz del sol o la luna se refracta y se divide en colores por los cristales de hielo en el aire, para crear un círculo o un arco en el cielo.
La pieza resultante fue el anillo iluminado antes mencionado, que colgaba en el espacio, como un portal, y giraba mientras diferentes colores bailaban en su superficie. Después de la pandemia, las cualidades rituales de la obra se realzaron cuando se invitó al dúo a recrear la obra.
Para una actuación especial en Tivoli Vredenburg en 2021, rediseñaron los patrones de luces e introdujeron un coro de 12 cantantes.
Las instalaciones de luz de Children of the Light son una síntesis conceptualizada de la imaginación misma, del universo mismo, de la filosofía más sencilla, que no simple: el infinito poder de materializar la nada.