El futurismo es un movimiento artístico y literario que surgió en Italia a comienzos del Siglo XX dentro de una realidad periférica. Debido a esto produjo un fuerte y casi inesperado impacto en casi todos los contextos político-culturales.
Cabe señalar que el futurismo como tal fue dado a conocer el 20 de febrero de 1909, cuando el diario Le Fígaro publicó en París el Manifiesto futurista, escrito por el poeta Filippo Tommaso Marinetti.
Dicho escrito buscaba plasmar los valores y experiencias de la era de la máquina (la velocidad, energía y fuerza), revolucionando así las técnicas y el lenguaje de la literatura y las artes.
Aunque el futurismo nació como un movimiento literario, tan solo un año después de la publicación del manifiesto logró colarse entre pintores, escultores, músicos y arquitectos.
Pese a que fue un movimiento italiano, el futurismo ejerció un importante impacto internacional gracias a su capacidad de autopromoción y radicalidad.
Debido a esto, decidimos hablar de la obra de tres de sus más importantes representantes en Latinoamérica.
Emilio Pettoruti
El pintor argentino Emilio Pettoruti fue, sin lugar a dudas, uno de los máximos exponentes del futurismo en América Latina.
Forjó una estética personal precisa, geométrica y armoniosa. Pettoruti se comprometió como nadie más con la técnica, la luz, el movimiento y el color.
Su vanguardista visión le valió convertirse en uno de los pintores argentinos más emocionantes del Siglo XX, no sin antes causar revuelo en la escena artística de su país de origen.
Un viaje que realizó en 1913 a Italia, el cual pudo llevar a cabo por una beca que le otorgó el gobierno de Argentina, fue el que cambió por completo el rumbo de su carrera.
Gracias a que frecuentaba cafés y librerías es que Emilio Pettoruti entró en contacto con la vanguardia artística italiana; en concreto, con el futurismo.
Gracias a dicha etapa, el artista pudo adquirir mayor conciencia sobre la relación y armonía entre la luz y el color, un pilar de su característico estilo.
El cantor, 1934. Emilio Pettoruti. Fuente: Christie's
Joaquín Torres García
El pintor y escultor uruguayo Joaquín Torres García es uno de los fundadores del vibracionismo, concepto del futurismo en el que el punto de partida es que el universo vibra, todo se mueve a gran velocidad.
Un dato curioso sobre este artista es que trabajó una temporada en las obras del templo de la Sagrada Familia, a las órdenes de Antonio Gaudí, aunque se desconoce la naturaleza de su aporte a la obra.
Cabe señalar que Torres García fue un artista que tendió a lo esencial y no al detalle.
Se nutrió de diferentes ideas vanguardistas que reinaban en París y siempre mantuvo interesantes contactos con Julio González, Pablo Picasso, Georges Braque, Juan Gris, Jacques Lipchitz y Hans Arp. Especialmente sus contactos profesionales con Piet Mondrian, Georges Vantongerloo y Theo van Doesburg resultarán de gran interés y fructificación.
En sus obras se puede apreciar que este artista se rodeó de un entorno cubista y abstracto marcado por la construcción de las maneras y la visión geométrica de la vida.
Nueva York a vuelo de pájaro, 1920. Joaquín Torres García. Fuente: 3 minutos de arte
Vicente Huidobro
Vicente Huidobro, seudónimo literario del poeta Vicente García-Huidobro Fernández, es considerado por la crítica literaria nacional e internacional como uno de los principales divulgadores del movimiento poético vanguardista en Chile y América Latina durante el primer tercio del Siglo XX.
Cuando viajó a Europa este colaboró en revistas de vanguardia, lo que le ayudó a establecer relaciones personales con importantes figuras de la creación internacional y publicar Saisons choisies (1921), libro que recoge sus poemas en francés e incluye el famoso retrato del poeta hecho por el artista español Pablo Picasso.
Texto creado por el poeta chileno Vicente Huidobro. Fuente: Futuristi Now