El NSK, mejor conocido como el Nuevo Arte Esloveno, se formó en un momento de muchísima agitación durante la separación de la antigua Yugoslavia.
A este lo podemos considerar una especie de colectivo de colectivos que inyectó vida a la escena cultural en los Balcanes, pero también ejerció una enorme influencia en el arte más allá de su fronteras.
Sus integrantes fueron los grupos IRWIN, que, en principio, procedían del mundo de la pintura; Laibach, que venían de la música; Scipion Nasice Sisters, centrados en las artes escénicas y el grupo de diseño New Collectivism.
Definitivamente este momento, que se dio en la década de 1980, ha sido uno de los más fértiles que se han dado en una zona geográfica concreta.
Nace en un periodo histórico, para ser muy específicos en 1984, momento en el que se definen las bases para la caída del comunismo.
Desde su creación, el NSK comenzó a especular sobre la identidad nacional a través del arte y la cultura e inició un trabajo que lo mezclaba todo, por lo que puede ser vista como un gran ejemplo de obra de arte total, creada desde el espíritu posmoderno que parecía ya consolidado en Occidente.
La esencia del Nuevo Arte Esloveno era provocar e invitar a la reflexión sobre el sistema político a través de sus creaciones, lo que causaba un verdadero malestar en las esferas de poder y así fue como trascendió hasta la actualidad.