La arquitectura es un campo donde el cambio puede ser lento. Por lo general, se necesitan un par de años como mínimo para que los proyectos sean levantados e incluso tengan una "respuesta inmediata". Sin embargo, tan pronto como el COVID llegó al mundo, los arquitectos sabían que el cambio repentino tan esperado ya estaba en marcha.
Y ahora, a más de un año entrados en la pandemia, mientras que el espacio físico registra una importante transformación, varios nombres de la arquitectura mexicana se han metido de lleno a la discusión en cómo es que la comunidad se ha acelerado, así como sobre las iniciativas y las propuestas de diseño que ayudarían a navegar por esta extraña "nueva normalidad" que llegó para quedarse.
El debate ha sido amplio, abarcando todas las tipologías de construcción y las diferentes etapas de la profesión y sus campos relacionados: la educación, al espacio de trabajo e incluso a la construcción.
Por esto, ante el momento en el que nos encontramos, uno que requiere de un nuevo urbanismo resiliente y regenerativo, revisamos la forma que ha tomado la arquitectura mexicana con los nombres que se han vuelto embajadores en todo el mundo.
Tatiana Bilbao
Tatiana Bilbao, ganadora del Premio Global de Arquitectura Sostenible en 2014, es modernidad y practicidad con sus estructuras respetuosas del espacio, la cultura y los materiales locales.
La fundadora reflexiona sobre el espacio desde una perspectiva política y de habitabilidad realizando maquetas y dibujos que ilustran la extensa investigación y propuestas a cómo vivimos hoy.
Su despacho se toma el tiempo para identificar y cuidar los factores externos menos visibles que influyen y dan forma al fondo, considerando cómo es que la promoción, la planificación urbana y el desarrollo de la esctructura darán también forma a la sociedad; una especie de enfoque de "afuera hacia adentro" que ha logrado producir una mayor comprensión hacia la adaptación de la profesión a los estilos de vida contemporáneos.
Entre sus proyectos nacionales se encuentran el Parque Biotecnológico del Tec de Monterrey Campus Culiacán y la Casa Ajijic en el Lago de Chapala, Jalisco, así como el Parque Arquitectónico de Jinhua, en China, en el plano internacional; todos impulsados por un profundo interés en la sustentabilidad.
Enrique Norten
Norten fundó TEN Arquitectos en 1986, y desde entonces se ha dedicado a trabajar con clientes de instituciones culturales, educacionales y de gobierno, así como clientes privados como desarrolladores y propietarios de viviendas para el desarrollo de proyectos que responden al ambiente natural, ambiente urbano y a la inclusión social mientras juegan con el volumen y la luz.
A lo largo de su trayectoria, tanto Enrique como su oficina han redimensionado el espacio público, la adecuación de la infraestructura industrial o histórica y las estructuras como espejo de la responsabilidad social, ambiental, política y financiera.
Su ciclo sustentable que le han valido el Premio Mies van der Rohe de Arquitectura Latinoamericana, entre otros, se puede ver a lo largo de la Ciudad de México en proyectos como la Escuela Nacional de Teatro y Artes, el Hotel Habita y el Museo Universitario del Chopo.
Algunos de sus proyectos en el extranjero son la Rutgers Business School, Piscataway en New Jersey, y la Mercedes House en Nueva York.
Fuente: TEN Arquitectos
Víctor Legorreta
Victor siempre estuvo rodeado de arquitectura porque en su casa se hablaba de ella todo el tiempo.
Como el hijo de Ricardo Legorreta Vilchis, aunque creció en un hogar estaba lleno de libros de la profesón, su enseñanza más importante vino del ejemplo su padre, ya que se ha dedicado a mantener su misma filosofía de vida, que es: “Hacer feliz a la gente a través del manejo creativo de las formas, los espacios y los colores en su oficio”.
A través de los colores vibrantes, las formas geométricas, los espacios llenos de luz y patios íntimos, Víctor y su equipo realizan estructuras abiertas en sintonía con el medio ambiente que no tienen permitido olvidar diseñar para la gente que los utiliza. Destaca por el Centro Cultural en San José del Cabo, Baja California, el hotel Hilton Garden de Nuevo León, y Torre Ejecutiva de BBVA, ubicada en Paseo de la Reforma en la Ciudad de México.
En el resto del mundo está el College of Business Computer Science, en Doha, Qatar, así como el Museo Zandra Rhodes en Londres.
Para él: "Ser arquitecto es de 24 horas, entonces traigo la cabeza todo el tiempo activa, pensando en proyectos (...) Hay momentos de inspiración en los que de repente se me ocurre una idea, pero también creo que es un proceso."
Fernando Romero
Fernando Romero ha trascendido por sus obras emblemáticas en México como son el Museo Soumaya o el Centro de Convenciones en Los Cabos para la reunión del G-20, pero también ha marcado huella por sus proyectos en San Diego y Miami.
Egresado en 1995 de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, Fernando es un arquitecto creativo, innovador, visionario, multidisciplinario, comprometido con su tiempo y su entorno.
Con oficinas en la Ciudad de México y Nueva York, es fundador de FR-EE (Fernando Romero EnterprisE), una oficina que en su trayectoria se ha convertido en un foco de producción arquitectónica avanzada, investigación y diseño integral.
Fue líder de proyecto y responsable de la Casa da Música en Oporto, Portugal, una se las salas de conciertos más importantes de los últimos 100 años, según New York Times.
Fuente: Arch Daily
Fernanda Canales
Fernanda ha dedicado gran parte de su trayectoria de más de 20 años a no solo llevar a cabo proyectos arquitectónicos, sino a la investigación y a la docencia, igualmente importantes en innevitable cambio de la profesión que se ha acelerado gracias a la pandemia.
Gracias a su talento y concepción de la arquitectura que impulsa la idea de “ciudades incluyentes”, Fernanda obtuvo el grado de Maestra en Teoría y Crítica por la Universidad Politécnica de Cataluña y Doctora Arquitecta con sobresaliente Cum Laude por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, siempre defendiendo la concepción de su profesión como una manera de relacionarse con la ciudad y con el territorio.
Su mirada que enfatiza el hecho de mirar al exterior antes de pensar en el interior de las obras que realiza la han visto crear el Centro Cultural Elena Garro en Coyoacán, el Pabellón Invisible y la Casa Maruma, todas en la Ciudad de México y que han alcanzado una proyección internacional gracias a su exposición en las Bienales de Rotterdam, San Paulo y Venecia.
Además de ser mención honorífica en el Premio Noldi Schreck en 2014, obtuvo el Premio Antonio García Cubas en la categoría libro de arte, concedido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, por su libro Arquitectura en México 1900-2010. La construcción de la modernidad en México”.