Los collages que crea la artista británica Sarah Jarret resultan cautivadores debido a muy diversas razones, pero en ellos lo femenino destaca de la forma más bella.
Debido a su onírica visión del mundo, esta artista, originaria de Nortfolk, se ha convertido en una nueva y fuerte voz en el mundo de las artes.
En todas las obras que lleva a cabo Jarret, ya sean digitales o análogas, el hilo conductor de las mismas es el de la relación humana con la naturaleza debido a que está particularmente interesada en las flores y las plantas como metáforas.
Sarah Jarret cuenta con un extraordinario portafolio de obras conformado por paisajes dispersos y retratos abstractos, pero, sin lugar a dudas, las piezas que más llaman la atención son sus retratos.
Las protagonistas de estos retratos suelen estar aisladas y totalmente alteradas de una manera que evoca a los pintores expresionistas de principios del Siglo XX.
Algo sencillamente fascinante del trabajo de Jarret es que cada una de sus obras busca definir el carácter y las cualidades emocionales de los protagonistas, mientras que juntas trazan el retrato de un grupo más grande: individual, pero conectado.
La propuesta artística de Sarah no es nada tradicional cuando se analiza en el contexto del collage o de la fotografía, pero definitivamente sigue una larga tradición de pintura abstracta y expresionista, así como de las artes digitales más contemporáneas.
Por lo tanto, el trabajo de Sarah Jarret es un ejemplo interesante de cuán exitosamente las artes han comenzado a expandirse más allá de los límites de cada técnica para encontrar nuevas y fascinantes propuestas.
Esta excéntrica artista, quien durante muchos años trabajó como profesora de textiles y fotografía, busca dar a conocer a través de su trabajo cómo es que que al mundo a través de una especie de espejo, de forma totalmente diferente.
Definitivamente Sarah Jarret cuenta con un muy buen ojo para capturar emociones en sus coloridos collages, por lo que estos siempre resultan evocadores y llenos de magia.