Hasta el último día de su vida, la artista Etel Adnan se mantuvo audaz y sin miedo a lo que la vida le deparara, fiel a como siempre fue.
La influyente artista y escritora feminista fue testigo de los turbulentos cambios que tuvieron lugar en el Medio Oriente durante el siglo XX, incluyendo la Guerra Civil Libanesa, lo que la impulsó a desafiar las convenciones a lo largo de toda su vida.
Nacida en Beirut, Líbano, en 1925, Etel Adnan fue hija única de un matrimonio mixto. Su padre, un sirio-musulmán, fue un oficial de alto rango en el ejército otomano y ex compañero de clase de Kemal Ataturk, el padre fundador de la República Turca. Su madre, Lily, era ortodoxa griega.
Lo anterior ahora no parece nada raro, pero en aquella época era sumamente extraño, lo que además se vio realzado por su educación en una escuela dirigida por un convento francés. Debido a esto, desde los 5 años, Adnan solo hablaba francés, lo que tuvo un impacto decisivo en su creatividad en su vida posterior.
Sans titre, 2016. Etel Adnan. Foto: Christie's
A los 20, Adnan ya estaba escribiendo sus primeros versos. “Durante años estuve convencida de que toda la raza humana fue creada para sentarse en las aceras y leer poesía”, dijo.
Poco tiempo después ganó una beca para estudiar filosofía en la Sorbona de París y posteriormente completó su educación en los Estados Unidos, en Berkeley y Harvard.
Al estallar la Guerra de Independencia de Argelia en 1954 resulta que Etel Adnan sufrió una grave crisis existencial al darse cuenta de que solo podía hablar el idioma de aquellos a los que consideraba opresores.
“No podía escribir libremente en un idioma que me enfrentaba a un profundo conflicto”, explicó.
Esto la marcó creativamente como una escritora comprometida y antiimperialista, además de que la llevó a probar con la pintura, descubriendo en el arte abstracto un lenguaje sin problema alguno.
De acuerdo con Etel, pintar le resultaba algo similar a expresarse poéticamente, pues no necesitaba usar palabras, sino colores y líneas.
En muchos aspectos, las pinturas de Adnan resultan tan sucintas como sus poemas debido a que interpretan temas y sentimientos a través del ritmo y el color.
Untitled, 1960. Etel Adnan. Foto: Christie's
Etel Adnan era una pintora rápida, que colocaba sus lienzos sobre la mesa como si fuera una hoja de papel y usaba una espátula para hacer marcas rápidas, como si estuviera escribiendo una carta. Ella eligió dicha herramienta para crear, pues le resultaba mucho más rápido limpiar la pintura de una espátula que lavar un pincel.
En 1972, Etel decidió regresar a Líbano para trabajar como editora cultural del diario Al Safa. A medida que crecían las tensiones y aumentaba la violencia sectaria, se volvió más franca e incómoda para varias persona. Pero también fue en Beirut donde Adnan conoció a la artista Simone Fattal, quien se convirtió en su pareja y colaboradora artística a largo plazo.
Dos años después de la guerra civil libanesa, Adnan decidió publicar Sitt Marie Rose, una novela basada en la historia real del secuestro y asesinato de una joven. El resultado fue un hermoso e inquietante libro, implacable en su presentación crítica de las ideologías masculinas, provincianas y racistas de las milicias cristianas libanesas.
Por dicha publicación, la artista recibió amenazas de muerte y perdió su trabajo en el periódico L'Orient-Le Jour. Con Sitt Marie Rose, Etel Adnan ganó el Premio Franco-Árabe Amitié de literatura, y hoy es considerada la mayor novela de la Guerra Civil Libanesa, un conflicto que perduraría hasta 1990.
Debido a que temían por su seguridad, Adnan y Fattal se fueron de Líbano a París y eventualmente se mudaron a los Estados Unidos para finalmente establecerse en Sausalito, a unos pocos kilómetros al norte de San Francisco.
A lo largo de los años la también escritora continuó pintando, pero no fue hasta 2012, cuando tendría más de 80 años, que recibió reconocimiento como pintora.
A su muerte, en noviembre de 2021, dejó una extensa y exuberante obra que buscaba reflejar la belleza del mundo que la rodeaba. “Cuando muera”, dijo, “el universo habrá perdido a su mejor amiga, alguien que lo amaba con verdadera pasión”.