Cullen Washington Jr., nacido en 1972 en Alexandria, Louisiana, creció con el deseo de ser científico, no artista, ya que quería entender su entorno y metabolizarlo.
Como un amante de la naturaleza, el universo, el espacio y todos sus misterios, Cullen se interesó por el marco de lo que vemos como materialidad, ya que, para él, el lienzo es una metáfora del andamio que mantiene unido el mundo material con el espiritual.
Obtuvo su Bachelor of Fine Arts (BFA) de la Universidad Estatal de Louisiana y posteriormente su Master of Fine Arts (MFA) de la Universidad Tufts y la Escuela del Museo de Bellas Artes de Boston.
Cuando terminó sus años universitarios, Cullen Washington, Jr. no tardó en consagrarse dentro del gremio. Llegó a exponer ampliamente en los Estados Unidos y Europa, incluidas algunas muestras en The Studio Museum en Harlem, Nueva York; el Museo de Arte Contemporáneo de Houston, Texas; Saatchi Gallery en Londres, Reino Unido; y el Museo de Ciencia e Industria de Chicago.
Debido a su larga trayectoria, se ha convertido en artista residente para la Amherst College (2016-17), la Fountainhead Residency (2016), The Studio Museum en Harlem (2013); Rush Arts Gallery (2012), Yaddo (2011) y Skowhegan School of Painting and Sculpture (2010).
Al día de hoy, su trabajo, perteneciente a la rama del excesivismo, puede encontrarse en numerosas colecciones públicas y privadas, incluido el Studio Museum, la Charles Saatchi Gallery y el Alexandria Museum of Art, Louisiana, así como en publicaciones de la talla de Art: 21 Magazine, The New York Times, The International Review of African American Art, The Boston Globe y Art New England.
Cullen Washington, Jr. vive y trabaja en la ciudad de Nueva York y actualmente enseña pintura y dibujo en el programa de posgrado del Pratt Institute.
Cullen Washington, Jr. y un intento por ver lo que está escondido
En su trabajo, Cullen, que se considera abstracto, utiliza la cuadrícula como metáfora de la interconectividad humana y para representar el marco universal que sustenta todas las cosas.
Y es que el origen de la palabra abstracto es el latín abstractus, que significa quitar, entonces, cuando Cullen reflexiona sobre la abstracción, piensa en ella como el robo de la realidad, y de esta manera, se adentra en una especie de desprendimiento de la realidad que lo embarca en un viaje por la oscuridad, el misterio y el cosmos que no vemos.
Utilizando todo lo que tiene a su disposición, especialmente cinta adhesiva, pintura acrílica, polvo de carbón, tinta negra, papel Kraft, hilo de algodón, látex, goma, alambre, y pegamento, los cuadros del artista nacido en Louisiana transmiten materialidad y una red como si se tratara de cuadros de pintura hechos crucigrama que nos envuelve entre tanto exceso, color y despliegue hacia atrás o adelante.
Estos desprendimientos de la realidad, como los llama Cullen, muestran evidencia de la cultura y la memoria social del sur, donde creció el artista, con el fin de reconciliar su identidad cultural específica con el contexto más amplio del universo.
Al final de cada trabajo, Washington crea representaciones binarias que significan lugar y espacio.
Su uso de tonalidades en blanco y negro hace referencia a la tensión que existe entre lo individual y lo universal, volviéndose conversaciones entre historias sociales y esoterismo cósmico, creando así una cosmología excesivista de materiales capaces de transformarse en mensajes.