Florina Aledo Pérez, nacida en 1987, es una artista francesa de Rumania que revela a la mujer con todo su ser para enamorar, desde sus trazos hasta su alma.
Cayendo en el dibujo por casualidad a los 15 años, organiza sus primeras exposiciones de pintura al óleo y con cuchillo a los 16.
Continúa su impulso artístico durante sus estudios, para especializarse poco a poco en artes gráficas, comunicación y finalmente video.
Fuente: ArtistikRezo
Hoy, con la simple ambición de reencontrarse con la pintura, se esfuerza por compartir su pasión y llevar experiencias sentimentales y únicas a su público.
De esta manera, transcribe la belleza con líneas minimalistas, revelando la esencia de sus temas.
Además de ello, es vocal y apasionada sobre temas que aprecia, como la mujer, la libertad, el color de los sentimientos y la artista mexicana, Frida Kahlo.
Al fin y al cabo, dice, detrás de su obra estética se esconde (apenas) un dolor sutil, pues también retrata el sufrimiento femenino.
Este dolor relativo a cada uno, a veces dulce, secreto, ignorado, omnipresente, destructivo, te hace crecer, pero es dolor de todos modos. No se puede leer en los rostros, se puede adivinar; y en las miradas más dulces se esconden a veces los peores sufrimientos, por eso pretende dar al dolor un rostro, mil rostros y estados de ánimo.
Hago miles de bocetos y luego creo retratos de mujeres que se convierten en íconos. La línea parece minimalista, pero transcribe la firma, el ADN; la esencia y lo esencial. Se puede pensar que sublimo a la mujer, mientras que es mi percepción subjetiva la que expreso. Se decía que Frida Kahlo era surrealista cuando presentaba su realidad. Para mí es lo mismo.
El ejercicio es difícil y el tema complejo, ya que nos devuelve a nuestra propia experiencia y muchas veces percibimos la emoción como un signo de debilidad, pero como artista, eso es lo que busca.
Quiere tener una mirada benevolente sobre la historia de cada persona, ya que cada sufrimiento es legítimo y nuestro orgullo o la mirada del otro no debe ser excusa para minimizar su dolor.
Al fin y al cabo, dice, ahí está el amor irresistible, invencible e incondicional, y su arte es reflejo precisamente de eso.
Fuente: Behance