Siempre aventurero en su carrera de décadas, Vito Acconci trabajó a través de medios y disciplinas, habiendo comenzado como un poeta experimental antes de llamar la atención en el mundo del arte a través de sus actuaciones que traspasaron los límites.
Algunas de sus primeras obras utilizaron el sexo y el erotismo para crear situaciones de visualización nuevas, y en ocasiones, incómodas, desafiando la corrección del mundo del arte, aunque también generaron críticas por sus matices a veces sexistas.
En todo momento, su relación en evolución con el espectador siguió siendo un hilo central que unía sus variadas producciones artísticas, todas las cuales reimaginan la dinámica obra de arte-espectador de manera participativa. En algunas de sus primeras obras, los espectadores se convirtieron en cómplices como mirones, testigos del drama sexual de Acconci o estaban potencialmente sujetos a las tácticas agresivas del artista.
Fuente: Frieze
Los trabajos de instalación posteriores permitieron a los espectadores manipular los objetos para activarlos y fomentaron las interacciones sociales.
Si bien sus piezas de la década de 1970 siguen siendo su trabajo más conocido, Acconci también fue un diseñador consumado cuyo estudio ideó propuestas innovadoras y proyectos arquitectónicos públicos icónicos.
La performance y el videoarte fundacionales de Vito Acconci, nacido el 24 de enero de 1940 y fallecido el 27 de abril de 2017, se caracterizaron por el "malestar existencial", el exhibicionismo, la incomodidad, la transgresión y la provocación, además del ingenio y la audacia, y muchas veces implicó cruzar fronteras como público-privado, consensuado-no consensuado y mundo real-mundo del arte.
Se considera que su trabajo ha influido en artistas como Laurie Anderson, Karen Finley, Bruce Nauman y Tracey Emin, entre otros.
Acconci se interesó inicialmente en la poesía radical, pero a fines de la década de 1960, comenzó a crear representaciones de influencia situacionista en la calle o para audiencias pequeñas que exploraban el cuerpo y el espacio público. Dos de sus piezas más famosas fueron Pieza siguiente (1969), en la que seleccionó a transeúntes al azar en las calles de la ciudad de Nueva York y los siguió todo el tiempo que pudo, y Semillero (1972), en la que afirmó que se masturbó bajo los efectos del alcohol. un piso temporal en la Galería Sonnabend, mientras los visitantes caminaban arriba y lo escuchaban hablar.
A fines de la década de 1970, se dedicó a la escultura, la arquitectura y el diseño, aumentando en gran medida la escala de su trabajo, si no su perfil en el mundo del arte. Durante las siguientes dos décadas, desarrolló obras de arte y parques públicos, áreas de descanso en aeropuertos, islas artificiales y otros proyectos arquitectónicos que con frecuencia abarcaban la participación, el cambio y el juego.
La importancia y la notoriedad de sus primeros trabajos eclipsaron los logros posteriores del artista y el trabajo colaborativo en Acconci Studio. Si bien esto resultó ser una fuente de frustración para el artista, no le impidió desarrollar una exitosa carrera como arquitecto y diseñador.
Hoy, Acconci Studio continúa su trabajo como colectivo de diseño, honrando el trabajo y la visión de su fundador.