Artistas como Dirk Skreber, de Alemania, y Kevin Beasley, de EU, utilizan restos de autos destrozados (sí, leíste bien, autos destrozados) para crear impactantes e inolvidables obras de arte.
Skreber utiliza este material debido a que, desde hace años, estudia el fenómeno del accidente y el cómo estos se hacen visible a través de los medios de comunicación.
Con esculturas de coches que se impactaron contra postes, este artista busca mantener, de una forma bastante inusual, la sensación de la catástrofe, como si ésta hubiera ocurrido unos instantes antes de que el espectador llegara a donde estaba la obra.
Pero Dirk Skreber no solo lleva a cabo esculturas sobre dicho tema, sino que también analiza el fenómeno desde la pintura.
En dicho tipo de obras plasma imágenes que no dejan mucho a la imaginación, pues son bastante descriptivas y crudas. Básicamente lo que hace el artista es capturar un momento desafortunado para la posteridad y ver el impacto que este tiene en el espectador.
En cuanto a la propuesta del artista estadounidense Kevin Beasley este decidió utilizar dicho material, un auto estrellado, para representar los sueños aplastados de la comunidad afroamericana y la obsesión por las máquinas.
Su pieza más famosa es la de un Cadillac Escalade ESV 2008 totalmente hecho añicos debido a que por muchas décadas la marca prohibió la venta directa de este modelo (o cualquiera de la marca) a personas negras.
El gran giro de la historia se dio cuando se anuló dicha prohibición y fue gracias a esta comunidad, la afroamericana, que la marca se salvó de ir a la bancarrota durante la Gran Depresión.
Así, con objetivos muy diferentes pero de una manera igual de contundente, Dirk Skreber y Kevin Beasley hallaron en autos destrozados una gran fuente de inspiración para crear piezas que jamás olvidará el espectador.