En un audaz acto de protesta, un activista del clima perteneciente al grupo "On2Ottawa" llevó a cabo una acción disruptiva en la prestigiosa Galería Nacional de Canadá en Ottawa. El individuo, identificado como Kaleb Suedfeld, de 28 años, arrojó pintura rosa sobre la obra Northern River (1915) del artista Tom Thomson, mientras se adhirió al suelo del museo con pegamento.
La acción buscaba llamar la atención sobre la crisis climática y la responsabilidad de las industrias de combustibles fósiles en la degradación del medio ambiente. El incidente ocurrió sin dañar la obra de arte, que estaba protegida por un panel de cristal, aunque fue retirada de la exhibición para una evaluación más detallada. Se espera que la pintura vuelva a ser colgada en exhibición en breve, según declaraciones emitidas por la institución.
El manifestante Suedfeld, mientras esparcía la pintura sobre el vidrio protector, expresó su indignación en un discurso previamente preparado.
"Las industrias de combustibles fósiles están destruyendo la obra de arte que es nuestro planeta y nuestro gobierno está firmemente en su control, sin hacer nada para detener sus crímenes", enfatizó. Su acto de resistencia también incluyó la lectura de un mensaje en el que denunciaba la falta de acción gubernamental frente a la emergencia climática.
Las autoridades del museo llamaron a la Policía de Ottawa al lugar y procedieron a detener a Suedfeld. El grupo On2Ottawa, responsable de la protesta, se autodenomina como una "campaña de desobediencia civil no violenta" que busca presionar a los funcionarios gubernamentales para que tomen medidas efectivas y urgentes en relación con la crisis climática.
El incidente ha generado controversia en el mundo del arte y la protesta política. Mientras algunos critican la táctica de dirigir estas acciones contra obras de arte, la consideran como un medio efectivo para captar la atención mediática y aumentar la conciencia pública sobre la causa. Por su parte, organizaciones como la Asociación de Directores de Museos de Arte han condenado estos actos, sosteniendo que los ataques a las obras de arte no pueden ser justificados bajo ninguna motivación.
Esta no es la primera vez que manifestantes climáticos toman medidas similares. En años anteriores, otros incidentes han tenido lugar en museos de renombre en todo el mundo, desatando debates sobre los límites de la protesta y los medios adecuados para abordar la urgente crisis climática.
La Galería Nacional de Canadá ha calificado el incidente como "desafortunado" pero se ha abstenido de hacer comentarios adicionales debido a la investigación policial en curso. Mientras tanto, el debate sobre la eficacia y la ética de tales acciones en la lucha por el cambio climático continúa resonando en la esfera pública.