Al célebre poeta Edgar Allan Poe le sobran obras dignas de recordarse, pero así como existe la grandiosidad de su Corazón Delator, también lo hay en su historia detrás de la relación con Sarah Helen Whitman, a quien "amaba con un amor que era más que amor”, como escribió en Annabel Lee, un poema que parece dedicado para ella.
Sarah Helen Whitman nació el 19 de enero de 1803, y Edgar Allan Poe lo hizo el mismo día seis años antes.
Ella en Providence, Rhode Island, en una casa que estaba ubicada en la esquina de South Main y Transit Street; fue demolida y hoy es un estacionamiento. Ella era la segunda de tres hijos, y poco después de que su hermana se comprometió en 1821, le siguió los pasos cuando comenzó un compromiso considerablemente largo con John Winslow Whitman hasta casarse con él en 1828.
A lado de él, huiría de su vida en Providence para vivir con él en Boston, dejando atrás a su madre y a su hermana menor que padecía algún tipo de enfermedad mental.
En 1833, regresaría a Providence tras la muerte de Whitman tras complicaciones de un resfriado. Se quedaría a vivir con su madre y su hermana.
A la par de estos años, el maestro universal del relato corto sobrevivía su turbulenta infancia y años de formación e iría a escribir sus textos más importantes, aunque sus años de éxito aún estarían por llegar.
El cementerio, la biblioteca y Benefit Street, testigos del amor de Sarah y Edgar
La pareja no se conoció realmente hasta 1848, pero en 1845, Poe estaba en Providence asistiendo a una conferencia de Frances Osgood.
Una noche cálida del mes de julio, como la recuerdan los historiadores, Poe y Osgood paseaban por Benefit Street, ahí, una mujer vestida de blanco y retocando su jardín de rosas llamó inmediatamente la atención del escritor, la mujer era Sarah Helen Whitman.
A Poe le habían ofrecido la presentación de Sarah, pero rechazó tras una disputa entre él y Osgood y más tarde, afirmando que fue porque pensaba que Helen era una mujer casada. Pero, aunque negaría la interacción, el poeta no la olvidaría tampoco, y cuando una introducción a uns élite poetisa en Providence solo tres años después, el encuentro fue inevitable.
Comenzaron a intercambiar poemas de San Valentín en febrero de 1848 y luego correspondencia hasta que finalmente se conocieron a fines de septiembre y comenzaron un noviazgo turbulento que no tenía la aprobación de todos, especialmente de la mamá de Sarah.
Ambos letristas pasaban sus días en el centro cultural caminando y platicando en Benefit Street, The Providence Athenaeum, Swan Point Cemetery o North Burial Ground.
De acuerdo a Kate Wodehouse, directora de colecciones y servicios bibliotecarios del Athenaeum:
Whitman y Poe compartían muchos intereses (...) na de las razones por las que Poe estaba interesado en Whitman era en realidad porque ella era su igual intelectual. Simplemente se conectaron a un nivel profundo.
Ya para fines de ese año, el cual marcaría el inicio del último en la vida de Edgar, dio una conferencia ante el Franklin Lyceum en Howard's Hall el 20 de diciembre de 1848, donde recitó y habló sobre sus famosos cuentos ante una multitud agotada de mil 800 personas, y Sarah Helen Whitman estaba sentada en la primera fila a lado de amigos en común que conocían su relación.
Mientras Poe recitaba obras como El cuervo y Las campanas le arrojaba numerosas expresiones de confidencialidad a Helen. Al día siguiente ella finalmente accedió a casarse con él con la condición de que dejara de beber alcohol.
Se comprometieron y se suponía que se casarían el día de Navidad, pero el compromiso terminó apenas dos días antes de que Poe y Whitman de la fecha, ya que un mensajero desconocido llegó a Whitman con una carta que decía que se había visto a Poe bebiendo la noche anterior, fue entonces que Whitman rompió el casamientos y la pareja nunca se volvió a ver porque diez meses después, Poe falleció.
A pesar de su corto tiempo juntos y al llegar la muerte de Edgar, ahora fue Sarah la que no olvidó al poeta. Defendió el trabajo de su pareja tras la llegada de retractores cuando murió.
Más adelante en su vida, incursionó en el espiritismo y trataría de contactar a Poe. Su casa sería conocida después como un espacio dedicado a a eternizar el legado de su Poe y donde su espíritu literaria perduraría.