Bettina von Arnim es un icono feminista del Romanticismo alemán por haber luchado contra el antisemitismo y la pena de muerte, pero también es famosa por haber inspirado al escritor checo Milan Kundera a escribir el libro La inmortalidad.
En esta ocasión hablaremos de la entramada relación que dio origen a esta publicación ya que se basa en la amistad que mantuvo, por años, con el reconocido poeta alemán Goethe y lo que esto significó en su vida.
Bettina von Arnim nació y creció en un ambiente totalmente afín a la literatura y al pensamiento. Su hermano Clemens Brentano abrazó la poesía y también su esposo, Achim von Armin. Su abuela materna, Sophie von La Roch, escribió varias novelas, así que el mundo de las letras no era algo desconocida para esta joven nacida en 1785 en Alemania.
El lado anecdótico hacia Goethe surge porque ella fue hija de una mujer de la que el reconocido escritor había estado enamorado en su juventud y, curiosamente, ella heredó una versión modificada de ese amor.
Bettina conoció a la madre de Goethe y, es a través de ella, como se acercó al poeta y así entabló una larga amistad a través de decenas de cartas.
Kundera, de manera constante en La inmortalidad, relaciona el deseo de Bettina de acercarse a Goethe, no como un acto desinteresado de cariño o amor, sino como un claro deseo de alcanzar la inmortalidad, algo que el escritor de más de 60 años ya había alcanzado en aquel momento.
Cuando ella aparece amistosa y desafiante en la rutina de Goethe se le considera una joven inexperta, pero bien dispuesta a lanzar un poderoso gesto hacia la inmortalidad pues buscaba que su relación trascendiera.
Cientos de anécdotas surgen de la relación entre la joven Bettina y el ya mayor Goethe, por lo que en una determinada época sus nombres parecen no poder ser separados.
Tras la muerte del gran literato de Weimar, Bettina decidió recopilar toda la correspondencia que habían ido intercambiando a lo largo de los años y reunirla para publicarla en un compendio bajo el nombre de Intercambio epistolar de Goethe con una niña.
A partir de dicho momento su nombre, así como el inicio de una importante trayectoria, jamás sería olvidado. No solo sería la protagonista de uno de los libros de Kundera sino que ella sería quien los escribiera, pues más adelante publicaría otros dos más que tendrían una fuerte impacto en la sociedad de aquella época.
Y precisamente así fue como Bettina von Arnim, reconocida intelectual del Romanticismo alemán, alcanzó la inmortalidad y se abrió paso en el eterno recuerdo de las generaciones que procederían a los románticos.