Mónica Mayer es una artista que ha incursionado en el dibujo, fotografía, gráfica digital y performance. Su trabajo se caracteriza por ser precursora del arte feminista en México.
El arte performance es la acción que lleva a cabo un artista para manifestar algo. Elige una idea y la ejecuta en un escenario determinado con la ayuda, o no, de otras artes como la música, la danza, la poesía, la palabra escritora u oral o los sonidos. El performance es una obra de sorpresa e improvisación que no puede comprarse como un cuadro o escultura. Entre sus mayores representantes están Marina Abramovic, Laurie Anderson y Joseph Beuys, entre otros.
Mónica Mayer nació en la ciudad de México en 1954. Estudió artes visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM (hoy Facultad de Artes y Diseño).
La autora comenzó a hacer arte feminista cuando era mal visto en nuestro país. Las artistas que alzaban la voz para manifestar su descontento por el machismo y violencia hacia las mujeres inmediatamente eran consideradas lesbianas y de odiar a los hombres.
Su obra “Tendedero” se expuso por primera vez en 1978 y se ha replicado hasta nuestros días en diversas instituciones educativas, culturales y universitarias, inclusive en forma virtual. Esta obra se basa en colgar hojas de diversos tamaños y colores e invita a las mujeres a colgar su propio papel con frases, preguntas, denuncias u opiniones.
Esta obra ha sido un gran éxito porque las mujeres han encontrado una forma de denunciar y expresarse de manera anónima y sin represalias, sobre todo en situaciones de desventajas como entre alumnas y profesores.
La artista mexicana considera al arte performance un buen aliado para el feminismo porque da visibilidad a las artistas que trabajan con su cuerpo en un escenario, la obra no se borra y se queda en el tiempo y en la memoria.
“Polvo de Gallina Negra” fue un colectivo conformado por Mayer y otras artistas para hacer crítica a los roles de género desde la década de los 80. El nombre es en alusión a la práctica mágica de hacer alguna posición o encantamiento para proteger a las personas, en este caso a las mujeres de los violadores.
Mónica Mayer vive y trabaja en la Ciudad de México.