El despacho de arquitectura Jeanne Schultz diseñó una escuela conformada por cápsulas interconectadas que prevén funcione en un futuro no muy lejano en el que se deban controlar las interacciones con la naturaleza.
Las aulas, según el proyecto planteado por la firma, el cual lleva por nombre Futura, serán construidas en Texas, Estados Unidos, a una gran altura para que los estudiantes puedan contar con la tranquilidad necesaria para concentrarse.
El escenario que el despacho imagina es uno donde el humano enfrenta las consecuencias del cambio climático y la destrucción, además del agotamiento de los recursos naturales.
Ante dicho contexto es que los arquitectos de esta firma pensaron crear un espacio, la escuela Futura, en el que el diseño jugará un papel tan importante y crucial ya que busca estar, en la medida de lo posible, en equilibrio con la naturaleza.
Literalmente un nuevo ecosistema fue construido muy por encima del suelo. Las aulas, en forma de súper modernas cápsulas, se posan sobre tallos estructurales retorcidos que brotan del sitio y están totalmente interconectados por un tubo de tránsito semitransparente.
Dicho tubo de tránsito brindará seguridad a los alumnos y se prevé que opere en un horario preprogramado, así que cada módulo contará con un horario de operación en específico.
Los estudiantes, maestros y personal de este lugar podrán desplazarse en dispositivos flotantes que están programados para funcionar a una distancia adecuada y moverse a la velocidad correcta dentro del famoso tubo de tránsito.
Los salones de clases estarán integrados por nichos individuales diseñados para mantener a los estudiantes separados, pero juntos, en un ambiente de aprendizaje.