Jenkin van Zyl es un asombroso artista que cuenta con una práctica multidisciplinaria que abarca el maquillaje, la moda, el cine, el arte interpretativo, la escritura, la escultura y más.
Para este artista, la creatividad no solo es su materia prima de trabajo sino una forma de moldear comunidades queer y espacios en los que, no importa lo mal que estén las cosas fuera de ellos, todavía se puede prosperar.
Jenkin nació en 1993 y se crió en Surrey, un condado ubicado al norte de Londres. Sus dos padres son sudafricanos que se mudaron a Londres a principios de los 90 y decidieron quedarse en Reino Unidos, lo que le dio una perspectiva totalmente diferente del mundo.
Van Zyl fue un hijo único que creció junto a un bosque, lo que hizo que la mayoría de sus juegos de imaginación estuvieran basados en dicho contexto.
El despertar creativo de Jenkin se dio a los 11 años cuando, por primera vez, usó la bolsa de maquillaje de su madre y se puso una peluca para representar una versión drag de EastEnders, una popular telenovela británica de la década de 1980.
Desde pequeño su imaginación era enorme, por lo que le fascinaba disfrazarse, así que cada Halloween hacía que su madre le ayudara a preparar lo mejor posible el traje de bruja que usaría en la escuela aunque lo vieran (y catalogaran) como raro.
Este graduado de la Slade School of Fine Arts crea hipnotizantes y viscerales atuendos que suele mostrar dentro de instalaciones y esculturas, lo que les da un toque cinematográfico muy especial.
Sus eróticas obras suelen tener al terror como columna vertebral, aunque también exploran temas transgresores complejos.
En un día normal, Jenkin van Zyl puede ser visto usando ropa que representa varios periodos históricos, los cuales saca de los montones de trajes de teatro polvorientos que cuelgan en los estantes de su departamento del este de Londres.
Cabe subrayar que este artista se ha vuelto un experto en la aplicación de prótesis faciales que aparecen en sus imágenes de Instagram, así como en el material audiovisual que crea, que a menudo requieren trajes inflables y un montón de sangre falsa.
A base de ensayo y error fue como Van Zyl logró desarrollar su compleja y bastante curiosa imagen
Resulta complejo resumir las pequeñas películas que Jenkin van Zyl crea, pero tal vez se podríamos decir a grandes rasgos que están inspiradas en el terror, la ciencia ficción y el gore, con un toque queer.
Básicamente sus obras cargadas de erotismo son como actuaciones de horror en estilo vodevil, aunque explorando temas transgresores complejos en ambientes lúgubres, lo que hace sencillamente genial (y diferente) su trabajo artístico.