La colaboración artística y la relación amorosa entre los fotógrafos Tina Modotti y Edward Weston dio como resultado un trabajo fotográfico cuyo valor artístico e histórico es gigantesco.
La productiva conjunción de estos artistas se dio en México a partir de 1923. En el caso de Weston, este periodo duró hasta 1926, pero Tina Modotti extendió su labor fotográfica en territorio mexicano hasta 1930, año en que, al verse obligada a salir del país, se dirigió a Europa.
Su aventura comenzó cuando el SS. Colima zarpó rumbo a México en julio de 1923 y llevaba entre sus pasajeros al fotógrafo norteamericano Edward Weston, en compañía de su hijo Chandler y a la que entonces era su amante, Assunta Adelaide Luiggia Modotti, mejor conocida como Tina Modotti.
En tránsfuga también iban las ansias creativas de Weston, quien buscaba encontrar en México lo que alimentaría el caudal creativo de su arte, la fotografía.
Tina y Edward en el barco en el que llegaron a Mexico, 1923. Fuente: The New York Times Company
La obra de Weston se ubica en el ámbito artístico del México post-revolucionario. El término Mexican Renaissance describe a la perfección el clima cultural en el que José Vasconcelos puso en práctica el más ambicioso proyecto educativo y artístico para México del siglo XX.
Para muchos la propuesta fotográfica de Edward Weston, en ocasiones, deja mucho que desear por la originalidad de su planteamiento.
En México, tanto a Tina como a Edward se les considera como los grandes introductores de una estética moderna, que dejan atrás las intenciones de la fotografía por asemejarse a la pintura -lo que se conoce como pictorialismo en favor de una expresividad que reconoce, como punto de partida, la existencia de la cámara y de un operario, que manipula y controla un medio mecánico.
Los trabajos de Weston revelan dos asuntos de suma importancia para la historiografía mexicana. Uno, que en nuestro país, este fotógrafo hizo mayormente retratos, imágenes de los actores de un México en efervescencia artística: Diego Rivera, Carlos Mérida, Carlos Orozco Romero y demás.
Dicha temática la había venido practicando en Glendale, Estados Unidos, con cierta frustración, por sus reiteradas convenciones, y lo que quizá provocó que se dirigiera a México en busca de inspiración para nuevos enfoques.
Y el segundo asunto es que la obra de Weston tiene claros antecedentes con los trabajos previos de otros fotógrafos estadounidenses; aún sus escenas de fábricas como la Armco Middleton de Ohio, y sus polémicos desnudos de Tina Modotti en la azotea. Por lo que en México, parece que vino a experimentar con lo que había visto en Estados Unidos.
En cuanto a Modotti esta estudió fotografía con Weston, todo lo aprendió de él.
Algo importante a subrayar del trabajo de estos fotógrafos es que mientras Weston rechazaba el realismo documental, el contenido del trabajo de Modotti tomó un rumbo socio-político.
Definitivamente el compromiso político de Modotti cambió su forma de percibir al mundo, lo que la hizo integrarse rápidamente al movimiento de vanguardia del México post-revolucionario. La visión de esta corriente era producir un arte nuevo para una sociedad nueva.
Las escenas sociales, las actividades proletarias y los movimientos populares de masa fueron la inspiración de Modotti, quien sacó su cámara a las calles y retrató a la gente. Su trabajo fotográfico documental refleja su sólido sentido de conciencia social sin dejar fuera su estética formal.
A diferencia de Weston, la fotografía modernista de Modotti casi siempre mantiene en primer plano el elemento humano. Weston, por su parte, trabajó en un nuevo rango de temas mexicanos.
La madurez artística de Weston llegó con esta nueva dirección de su trabajo, que enfocó la creatividad en la búsqueda de formas abstractas en los objetos más simples. La influencia de México y de la relación amorosa que surgió entre ambos fotógrafos consumó a Tina Modotti como artista y dio un sello distintivo al trabajo posterior de Weston.
Sobre lo decisivo que Tina Modotti fue para Edward Weston no existe mejor frase que la citada por Antonio Saborit en su estudio sobre la correspondencia entre ambos fotógrafos: "Tina Modotti fue el hilo de donde pendía la vida misma de Weston".
Weston y Modotti compartieron la misma calidad fotográfica, pero la figura de Tina trascendió a su maestro porque asumió el papel de artista comprometido con las causas sociales y la misma iconografía de los grandes muralistas mexicanos.