Lucebert fue un pintor experimental, dibujante, poeta y una de las principales figuras del movimiento CoBrA.
Su trabajo muestra típicamente una inmensa libertad y espontaneidad. Pintó lo que le vino a la mente, sin apegarse a ningún motivo fijo.
Lucebert, el seudónimo de Lubertus Jacobus Swaanswijk, incorpora vagamente componentes de su primer nombre.
El artista comentó una vez que simplemente había insertado la ce; sin embargo, el nombre está cargado de significado.
Obra de Lucebert. Fuente: Blogger
Lucebert nació en Amsterdam en 1924. Después de la escuela secundaria pasó seis meses en el Instituto de Artes Aplicadas, más tarde la Academia Rietveld; obtuvo la admisión en el instituto por recomendación de su director Mart Stam después de que se descubriera su talento para el dibujo en las calles.
Ese período feliz, durante el cual satisfizo su sed de aprender y leyó con avidez en la biblioteca del instituto, terminó abruptamente cuando su padre, que lo encontró en edad para trabajar, lo sacó del instituto.
En los primeros años de la posguerra el avance de su arte experimental estuvo acompañado de tantas dificultades que no llegó al público lector hasta 1951. Sin embargo, varios años después de la Segunda Guerra Mundial, cuando sólo tenía 25 años, Lucebert surgió como un destacado defensor del movimiento holandés de los años cincuenta y de la poesía experimental.
El arte y la poesía tenían que basarse en los propios descubrimientos, donde la palabra clave era experiencia, y fluir del diálogo espontáneo con el material, la pintura o el lenguaje, y así comenzó su arte.
Comenzó a realizar sus dibujos y acuarelas a partir de puntos, líneas y tramas cruzadas, sobre las que pintó, deliberadamente, formas torpes de cuerpos humanos y criaturas fantásticas.
Una tendencia a querer siempre experimentar, lo llevó a muchos otros campos: fotografió, hizo cerámica, escribió obras de teatro y pintó murales monumentales.
A mediados de 1948, amigos y colegas se dieron cuenta de sus talentos gemelos como poeta y pintor, y a fines de 1949, hubo una exposición internacional de arte experimental en el Museo Stedelijk de Amsterdam, donde Lucebert presentó una velada de lecturas de poesía.
Afirmando que los Países Bajos estaban maduros para una repetición del "experimento dadaísta y expresionista" y que los experimentalistas fueron los primeros "nudistas" literarios, fue encontrando su lugar entre el gremio y la audiencia.
La producción de esos años concretos incluyó acrílicos, lápices, aguadas, carboncillos y tintas, siempre sobre papel. Se permitió comprobar su dominio de la línea y de la mancha y la clara influencia de otros grandes nombres como Miró, Henry Moore, Rembrandt, Goya y Picasso.
Esos referentes, así como Lucebert, y su reconocida admiración por el cómic y la pintura nórdica, derivan en una visión distorsionada y onírica de la realidad, en un expresionismo existencialista entre una figuración que persigue la desintegración de los planos volumétricos y la abstracción.
A lo largo de los años sesenta, sus trazos lineales evolucionan haciéndose cada vez más duros y agresivos. Lucebert retrata en este periodo, con crueldad implacable, un ser humano dominado por sus pasiones, sus miedos y sus obsesiones.
Luego empezó a imponerse en ella el lenguaje mitologizante de grupo CoBrA, inspirado en una figuración que le fascina y le recuerda de cerca el dibujo de los niños y el de los enfermos mentales. De esta manera, la obra de Lucebert nos muestra un mundo deforme y caricaturesco, visión demoníaca del nuestro y poblado de seres extraños, animales y monstruos.
Su obra plástica alcanzó una gran difusión internacional tras su participación en certámenes como la Documenta de Kassel, la Primera Bienal de París -donde fue premiado- y Vitalita nell’Arte, en Venecia, en 1959, y la International Exhibition de Pittsburgh en 1961. Posteriormente, participó en diversas muestras que se presentaron en Alemania, Italia, Japón y otros países.
Murió en 1994 dejando atrás un amplísimo legado pictórico y poético.