El Museo de Arte Carrillo Gil brinda una nueva mirada a Lola Álvarez Bravo como una tenaz fotógrafa cuya vasta obra abarcó desde el periodismo, retratos, propaganda y la experimentación artística.
La otra Lola: Documentación, persuasión y experimentación fotográfica, 1930-1955 es la muestra que, bajo la curaduría de la investigadora Deborah Dorotinsky, se presenta en el recinto de San Ángel, con al menos 70 imágenes de la artista que publicó, sin crédito, en revistas institucionales como El Maestro Rural, de la Secretaría de Educación Pública (SEP); México de Hoy, órgano informativo de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), o Memorias, de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, de 1954 a 1955.
En dicha época era costumbre publicar fotografías sin el crédito correspondiente, por lo que reconocer a Lola Álvarez Bravo como autora de dichas imágenes representó una labor labor titánica que tomó una década a Dorotinsky, estudiosa de la historia de la fotografía, sobre todo el periodo moderno del siglo XX.
La labor incluyó una investigación en el Center for Creative Photography (CCP), de la Universidad de Arizona, el cual resguarda el archivo de la creadora jalisciense quien también fue esposa del fotógrafo Manuel Álvarez Bravo, de quien conservó su apellido tras divorciarse en 1934.
Dorotinsky explicó, en entrevista con Grupo Reforma, que la enorme mayoría de las fotografías de Lola Álvarez Bravo que no cuentan con autoría fueron identificadas con negativos en el acervo del CCP.
La importancia de esta muestra, que estará abierta al público hasta el 11 de septiembre, radica en que es una parte de la producción visual de la reconocida artista que no se conocía.
Las imágenes que pueden ser observadas en el Carrillo Gil son las que que le permitían mes a mes pagar sus cuentas para poder seguir creando y capturando todo aquellos que verdaderamente le llamaba la atención.
