Nacida en 1994 en Bukavu, en la República Democrática del Congo, Pamela Tulizo creció en Goma, en una región devastada por la guerra civil, donde los conflictos armados han llevado a niveles alarmantes de violencia contra las mujeres.
Periodista de formación, Pamela se distancia aquí de la fotografía documental, utilizando los códigos de la fotografía de moda -ropa, complementos, maquillaje, color- para crear una narrativa que “poco tiene que ver con la belleza que vemos en la televisión o en las revistas", dice, buscando en cambio revelar la belleza y el poder interior de las mujeres que la rodean.
Comenzó su carrera como periodista televisiva en radio y televisión para Radio France International en Goma antes de convertirse en fotógrafa.
A pesar de las fuertes objeciones de su padre, quien estaba convencido de que la fotografía era una ocupación exclusivamente “masculina”, comenzó su formación y fue becada en el Market Photo Workshop en Johannesburgo, Sudáfrica.
Tras graduarse en 2019, su trabajo se fue centrando principalmente en el tema de la identidad femenina, no muy diferente de la fotógrafa sudafricana Zanele Muholi, con quien coincidió y la apoyó para agarrar su propio camino.
Formada por el artista congoleño Martin Lukongo, Pamela emplea la libertad de expresión que le otorga la fotografía, que en su cultura suele estar reservada para los hombres, para crear trabajo socialmente comprometido que destaque la fuerza de las mujeres de Kivu que luchan por sus derechos y se esfuerzan por conquistar la desigualdad.
Cuando buscas en Google, ‘mujeres de Goma’ o ‘mujeres de Congo’, ves imágenes muy fuertes que te hacen no querer ir nunca. Sentí urgencia por cambiar eso porque como congolesa y como una mujer de Kivu, sé que hay muchas historias ignoradas por la prensa internacional.
Su primer gran exposición llegó con Face to Face, donde la joven fotógrafa opone la imagen negativa y victimizada de las mujeres congoleñas de la prensa internacional con una representación esperanzadora que destaca su vitalidad y resiliencia.
De esta manera, la talentosa mujer dedicada a la fotografía fue hallando el camino del mensaje que ella buscaba transmitir a su propio país y a las naciones vecinas.
Después, para su serie Doble Identidad, Pamela presentó trece retratos de una mujer congoleña dividida entre su identidad y el papel que le otorgan los medios.
Para Tulizo, las mujeres violadas o refugiadas son víctimas de la prensa. Y en el afán de lucrar con este tipo de historias, la artista considera que los medios no comunican que en Congo hay mujeres fuertes, bellas, emprendedoras; mujeres que sueñan y que no deben ser ignoradas.
Jugando con espejos y reflejos, la artista compone una perspectiva plural y dialéctica, utilizando avatares cuyos roles están imbuidos de connotaciones dispares.
Ya sea médico o capataz, elegante y dueña de sí mismo o modestamente vestido y cargado de bultos, estas puestas en escena exploran la riqueza y el conflicto de identidad de la mujer africana, con lo que fue aclamada en el escenario internacional, donde ha gozado de una amplia exposición,
Al día de hoy, su trabajo denuncia la forma en que los medios de comunicación presentan a las mujeres de la región como víctimas y destaca su increíble resiliencia en su lucha por un futuro mejor, y con el apoyo de varias organizaciones, sirve también para difundir la voz de las mujeres luchadoras y trabajadoras de la zona.