El pintor Óscar Domínguez es uno de los más grandes artistas españoles cuyas obras están marcadas por su caótica personalidad.
En la obra de Domínguez hay influencia de las corrientes parisinas de las décadas de los años 30 y 40 y, sobretodo, de su compatriota y genio Pablo Picasso, pero siempre destaca su sello personal como rebelde y eterno insatisfecho.
Nació el 3 de enero de 1906 en La Laguna, España, y cuentan que su pasión por la pintura surgió al mismo tiempo que daba sus primeros pasos.
Su madre murió cuando solo tenía dos años y debido a que fue un niño enfermo, Óscar pronto aprendió a pintar, además que mostró entusiasmó por el coleccionismo y amontonaba todo lo que le sorprendía: desde mariposas y cerámicas hasta reliquias.
Debido a lo anterior, Óscar Domínguez se convirtió en el centro de cuidados permanente de toda su familia.
No fue hasta que cumplió 21 años que su padre, un hombre con mucho dinero, decidió mandarlo a París para que colaborara en los negocios familiares de exportaciones de frutas.
Una vez allí conoció a André Breton y Paul Eluard y no tardó en encajar en las corrientes intelectuales del momento y unirse al movimiento surrealista.
El primer gran problema al que hizo frente fue a la muerte de su padre, en 1931, ya los bienes de su familia fueron embargados por prestamistas y acreedores. Por primera vez tuvo que trabajar para ganarse la vida y precisamente así fue como empezó a laborar como diseñador publicitario en París.
Con el paso del tiempo Domínguez se convirtió en una figura clave en la promoción del surrealismo en España y en particular en las Islas Canarias.
El artista contribuyó enormemente a la organización de la Exposición Internacional del Surrealismo de 1935 en el Ateneo de Santa Cruz de Tenerife entre otros eventos surrealistas.
Al igual que otros miembros del movimiento como Max Ernst o Salvador Dalí, Óscar Domínguez se interesó en el subconsciente y los procesos de la mente humana, creando un mundo de símbolos personales, hasta llegar a su invento técnico al que denominó la Decalcomania que le hizo famoso.
La Decalcomania básicamente se trata de pegar pintura a una superficie creando una zona aleatoria de características orgánicas y a libre interpretación del artista. Esta técnica que aportó al movimiento surrealista fue muy bien acogida por los principales artistas del grupo y fue utilizada por Tanguy, Breton y posteriormente por Ernst.
Debido a la fuerte influencia de Picasso, Ernst y de Chirico, la obra de Domínguez esta también llena de recuerdos de su infancia, de su tierra natal y de las costumbres de su país.
Óscar Domínguez tuvo una vida personal sumamente agitada, llena de obstáculos, que llegó a su fin en 1957 con su suicido.