Detalles extraños animan momentos aparentemente simples en las fotografías surreales de Ben Zank.
Este artista captura emociones de confusión, restricción y extrañamiento en sus series fotográficas.
Cada imagen presenta un solo tema en una ubicación aparentemente mundana. En una acera de la ciudad, cerca de un camión con remolque o en un bosque.
Sin embargo, el individuo está involucrado o afectado por su entorno de una manera muy inusual. Por ejemplo, cuando una figura se inclina hacia atrás bajo el peso de largas ramas de abedul metidas debajo de su camisa.
Otra, cuando está emparedada en un pastel de capas de cajas de cartón colapsadas.
Colossal
Se trata de Colossal un photoshoot que realizó mientras espera con ansias una exposición individual en Shanghai, en otoño de 2020.
El fotógrafo con sede en Nueva York, realiza estos retratos surrealistas, que parecen explorar el aislamiento humano y la conexión con la naturaleza.
Sin embargo, todos pueden leerlos de una manera diferente dependiendo de las emociones personales.
Líneas, geometría, colores, cuerpo humano, suspenso; una mezcla interesante en su trabajo.
Además, sus fotografías surreales no se centran en un solo mensaje o en transmitir algo en específico.
Simplemente retrata el día a día con excepcionales características que rompen con esa cotidianidad aparentemente normal.
Inspiraciones
Aunque podría parecer un trabajo más elaborado, Zank logra estas ideas para sus fotografías surreales de la nada.
Esta última serie fotográfica nació de la creatividad acumulada luego de ocho meses jugando videojuegos y casi sin hacer nada.
Por ello, Zank ha develado que ha ido perdido el control de muchos aspectos de su trabajo.
Por ejemplo, no siempre sabe cómo titular sus fotos y no sabe mucho sobre los personajes o lo que están haciendo en el momento en que crea la imagen.
A partir de su relación durante los veranos en el campo, desarrolló una especie de relación mixta con ambos entornos. Y estos, son visibles siempre en su trabajo.
De esta manera Ben Zank realiza sus fotografías surreales como una forma de crítica y autocrítica sobre el devenir del día a día.