Las pinturas expresionistas abstractas de Grace Hartigan son universos intensamente coloridos en los que imágenes de la cultura pop imperan, por lo que algunos críticos vieron en estas prefiguraciones del arte pop.
Hartigan fue amiga y discípula de Jackson Pollock y Willem de Kooning y como este último nunca rompió por completo con la tradición figurativa en sus creaciones.
Lo que pintó en sus últimas décadas de vida tal vez sea de lo más interesante debido que refleja su tan peculiar estilo pues incorporó, de manera única, imágenes tomadas de libros para colorear, películas, pinturas tradicionales, escaparates y publicidad.
Grace Hartigan nació en Newark, Nueva Jersey, el 28 de marzo de 1922, siendo la mayor de cuatro hermanos. Debido a que no contaba con recursos para pagar su ingreso a la universidad, esta decidió casarse cuando era muy joven con Bob Jachens.

Gracias al apoyo de su pareja fue que Hartigan empezó a pintar después de que se mudaron a California, pero esta etapa de su vida no duró mucho.
A mediados de la década de 1940, Grace Hartigan decidió dejar a su marido y le pidió a sus padres que cuidaran de su hijo Jeffrey pues decidió que había llegado el momento de tomar lecciones formales de pintura con Isaac Lane Muse para que realmente tuviera una oportunidad en el mundo del arte.

El siguiente paso que dió esta artista fue arriesgado, pero fue lo que logró catapultar su carrera. Se movió al Lower East Side de Manhattan y en muy poco tiempo se convirtió en parte de la escena artística neoyorquina de la posguerra, formando alianzas con los pintores expresionistas abstractos y poetas como Frank O'Hara, John Ashbery y Kenneth Koch.
Ganó fama rápidamente y su nombre se consolidó. Aunque comenzó como una pintora puramente abstracta, Hartigan introdujo gradualmente imágenes en su trabajo y eso le dio un bellísimo estilo único.
Hasta el día de su muerte, el 15 de noviembre de 2008, la trayectoria artística de Grace Hartigan estuvo marcada por grandes giros y una experimentación incansable en la que siempre mantuvo un feroz compromiso con la agenda modernista.