A 63 años de su debut, los Bee Gees son una de las bandas más influyentes de todo el mundo.
Ya sea por su sonido que los determinó los reyes de la música disco o por cargar triunfalmente la batuta de una de los primeros boy bands de la industria musical, los nombres de Barry, Robin y Maurice Gibb son muestra de que la música es algo que se carga toda la vida y hasta que la muerte los separe, o no, porque a pesar de la muerte de dos de ellos, su forma y fondo permea en muchos estilos que vemos hoy día, y hasta produce un nuevo y quizá último lanzamiento: Greenfields: The Gibb Brothers' Songbook (Vol. 1).
Todo comenzó en 1958, cuando la familia Gibb se había mudado a Australia para llevar a cabo presentaciones en teatros y otros escenarios bajo el nombre de The Rattlesnakes, Wee Johnny Hayes & the Bluecats. Tras varios actos y uno que otro intento con productores, más tarde ese mismo año conocieron al DJ Bill Gates, no el magnate de las computadores, y al propietario de Redcliffe Speedway, Bill Goode, quienes promovieron al trío y acuñaron el nombre del grupo, Bee Gees, ya un día sentados en el cuatro de hotel tras un concierto, determinaron que tantos BGs juntos que así deberían llamarse.
Fuente: The Guardian
Gates y los demás lo comenzaron a tomar en serio el nombre para reproducir sus grabaciones en su estación y asumir el papel de promotor, y el 22 de marzo de 1963, Leedon lanzó su primer sencillo como The Bee Gees, The Battle of the Blue and the Grey, que a pesar de que se ubicó modestamente entre la lista de preferencias, marcó un importante paso para una banda que iría a encontrar el estrellato internacional como nunca se lo había imaginado.
Fascinantemente, lo que ha definido el legado de la banda, no solo es que cuenten con tantos éxitos y hayan influído en generaciones que inclusive estarán por dedicarse a la música, o incluso que hayan hecho frente a todos los retos musicales y sociales que les arrojó el tiempo, sino las imminentes altas y bajas que implica trabajar y forjar una carrera a lado de tu familia.
Barry, Robin y Maruice, además de lidiar con el supersestrellato, lo hicieron con los egos y los vicios de la época. Ninguno de los hermanos tenía un papel claramente definido en la banda y terminaron discutiendo sobre quién era el líder, especialmente entre Robin y Barry, quienes discutían sobre quién merecía ser el líder del grupo, ya que se consideraban iguales en habilidad vocal y capacidad para escribir canciones. Después de que la banda lanzara su álbum de 1970, Cucumber Castle, Robin comenzó a perseguir una carrera en solitario y la banda decidió seguir sin él, desde entonces, y hasta mediados de la década de 1970, Robin y Barry intercambiaron críticas públicas en la prensa. Maurice Gibb, el tercero en la discordia, era el intermediario entre los dos.
Tras un tiempo complicado de peleas y constantes rumores de una separación, los hermanos finalmente se reconciliaron y para 1975 entraron en la fase más exitosa de su carrera, una que comenzó con Main Course, un disco que fue justamente el platillo principal para aspirantes a la música, sentando las bases de las influencias del soul y el funk.
La fama de los Bee Gees fue tan grande y llegó tan rápidamente que cualquiera hubiera tenido problemas para manejarla. Para una entrevista de The Guardian, Barry, el último sobreviviente de la formación originial, explicó que se encontraban en el ojo de un huracán y no sabían que estaban allí, no sabían lo que sería el mañana, no sabían si lo que estaban grabando sería un éxito o no pues eran unos niños.
"Antes de que nos volviéramos famosos fueron los mejores momentos de nuestras vidas", recuerda, "No había competencia, no importaba quién cantara qué. (...) Todos trajimos canciones; quien trae la idea canta la canción (...) las peleas no eran la naturaleza del grupo", dice quien, al final, siempre fue el hermano mayor, aquel que ha pasado a la historia del pop por ese "chillido" penetrante y agudísimo tan reconocible.
Los hermanos Gibb fueron a crear su propia versión del sonido disco emergente que finalmente definiría el género a los ojos de la mayoría de la gente y, aunque el éxito encanta por su apariencia física, las entreñas están llenas de ataques y tragedia, unos que llevaron a los hermanos a hacer frente a promotores que tuvieron la loca idea de hacer explotar álbumes de disco, y a la muerte de su hermano menor, Andy, quien se había hecho una estrella musical y un ídolo adolescente por derecho propio, pero que luchó con la adicción a las drogas que finalmente lo mató en 1988, a los 30 años.
Desde Nights on Broadway, Fanny (Be Tender´), Massachusets, You Should Be Dancing, Saturday Night Fever y How Deep Is Your Love, el aire de los hermanos Gibb es innegable en la música como la conocemos.
Ni siquiera la década de 1990 tumbó a los hermanos, una que llegó con los promotores peleados con el sonido y la cultura disco, negados completamente a tocar el género, ya que dieron la vuelta al asunto y se volcaron a una carrera de compositores con enormes galardones y trascendencia, trabajando econ Dolly Parton, Kenny Rogers, Diana Ross, Dionne Warwick, Barbra Streisand y Celine Dion, entre varios otros.
Lo único que ha frenado la prosperidad y el ánimo de su trabajo fue la muerte de Maurice, quien falleció por un ataque cardíaco a los 53 años en 2002, y luego Robin de cáncer a los 62, en 2012. A pesar de pesar del duro golpe que ha significado para el último hermano vivo, su resiliencia y capacidad camaleónica de lograr una variedad de géneros los tienen ante las puertas de la eternidad musical, como ha sido hasta ahora.
Sus triunfos y obstáculos son íntimamente explorados en el documental de HBO, The Bee Gees: How Can You Can You Mend a Broken Heart, dirigido por el aclamado cineasta Frank Marshall, quien también hizo El curioso caso de Benjamin Button, así como los premiados productores Nigel Sinclair y Jeanne Elfant Festa. Esta película ya disponible presenta una gran cantidad de imágenes de archivo nunca antes vistas de sesiones de grabación, presentaciones de conciertos, apariciones en televisión y videos caseros, así como entrevistas con los músicos Eric Clapton, Noel Gallagher, Nick Jonas, Chris Martin y Justin Timberlake.