La obra del artista multidisciplinario Gabriel O’Shea lleva a la reflexión debido a que inevitablemente, de una forma u otra, nos enfrente a la mortalidad de una poética forma.
Frente a las creaciones de O’Shea nos es posible desviar la mirada. No importa si trabaja con pintura, escultura, fotografía, instalación o video ya que todas sus obras resultan hipnóticas.
Su constante experimentar con los materiales no le ha impedido perder su atención de la figura humana, que es el tema recurrente en cada una de sus obras.
La memoria es otro tema constante en la obra de Gabriel debido a que sus imágenes oníricas se balancean en un espacio entre lo pacífico y lo violento.
Las creaciones que este artista realiza buscan ser espejos que generan un proceso de introspección y que también brindan respuestas al magnificar las preocupaciones y obsesiones del espectador.
Gabriel O’Shea actualmente forma parte de los talentos de la Galería Hilario Galguera de la Ciudad de México, así que te invitamos a conocerlo un poco mejor a través de Bio Fahrenheit.
¿Estudiaste arte o eres autodidacta?
Aprendí dibujo en la Barcelona Academy of Art. No creo en el término autodidacta, pues creo que siempre estamos aprendiendo de alguien más con libros, con pinturas, con películas, con nuestro entorno.
¿Cómo describirías tu profesión en una frase?
Cito a Francis Bacon: “Si es posible hablar sobre algo, ¿para qué pintarlo?”.
¿Cuál fue la primera obra que te marcó para iniciar tu camino en el arte?
No recuerdo la primera, pero sí una de las que más me marcó: La piedad (1633), de José de Ribera.
Lugar de inspiración o reflexión.
Viendo películas y libros en el taller, con mi sketchbook a un lado, o cuando voy a un museo.
¿Cuál es tu punto de encuentro favorito con tus amigos?
Mi taller.
¿Cuál fue tu primera obra?
Tomo fotografías desde los 12 años, así que tristemente no lo recuerdo.
Tres creadores que admiras.
Béla Tarr, Joel-Peter Witkin y Yohji Yamamoto.
¿Qué significa para ti crear?
Crear es parte de mí, no podría estar tranquilo sin crear. Para mí crear no solo representa el plasmar emociones, sino también un momento para reflexionar, para dudar, para sufrir, para resolver problemas, para entrar en un trance meditativo, hacer introspección, cuestionar nuestra realidad y nuestras ideas.
¿Qué es lo que más importante en tu día a día?
Imaginar nuevas piezas, planearlas y llevarlas acabo.
En tres palabras, ¿cómo te describen tus cercanos?
Solitario, observador y sensible.