Un samurái solitario se enfrenta a un Imperio en caída libre. A su lado tiene a un pequeño bebé completamente vulnerable. Podrías creer que nos referimos a The Mandalorian, el gran éxito de Disney+, pero hablamos de una de las series de manga más icónicas, que sirvió como inspiración para la inesperadamente dulce historia de la saga de Star Wars.
Publicada en 1970 para la revista Manga Action de Futabasha, Lone Wolf and Cub, creado por Kazuo Koike y Gōseki Kojima, ambientada en el período feudal de Japón del siglo XVII, narra el viaje del samurái protagonista, Ittō Ogami, y su hijo pequeño, Daigorō, en busca de venganza contra el clan Ura-Yagū (Shadow Yagū), que asesinó a su familia.
Mientras vende sus servicios como asesino a sueldo, Ittō y Daigorō hacen frente a las aventuras que abordan inteligentemente el drama humano, la relación entre padre e hijo, el valor de la valentía, y lucha entre señores locales y pandillas contra el deseo de revancha que colma al samurái.
La historia, que se extiende a más de 8 mil páginas y 28 tomos en total, no tardó en cobrar su popularidad en Japón, y pronto fue seguida por seis películas, series de televisión y adaptaciones de videojuegos con el mismo nombre e historia que oscilan entre la década de 1970 hasta el año 2000.
Lone Wolf y Cub: Sword of Vengeance, seguido de Baby Cart en el río Styx; Baby Cart to Hades, Baby Cart in Peril; Lone Wolf and Cub: Baby Cart in the Land of Demons, y Lone Wolf and Cub: White Heaven in Hell, que se estrenó en 1974, fueron los títulos de las adaptaciones que inspiró el cómic dada la integridad de su historia, una que aborda el deterioro de los valores familiares que veían sus autores en el Japón de aquel entonces.
Los éxitos para la historia del samurái solitario siguieron creciendo. Fue después traducida al inglés, primero por First Comics, de 1987 a 1991, y luego por Dark Horse Comics, del 2000 al 2002, influenciando a varios jóvenes artistas del cómic como Frank Miller, creador de Sin City, y Max Allan Collins, creador de Road to Perdition, sellando definitivamente el legado del héroe al servicio de la vendetta y de su hijo, el corazón vulnerable de la historia.
La semilla del samurái en The Mandalorian
Volviendo a cómo esta historia gráfica intervene en el gran primer éxito de la plataforma Disney+, quizás el Capítulo 4 de The Mandalorian, más que cualquier otro episodio, honrará el recuerdo de los fanáticos de Lone Wolf y Cub, ya que en ella, Mando, el protagonista, es contratado por un pueblo de agricultores para protegerlos de los asaltantes cercanos.
Mientras Mando se prepara para su trabajo, el Niño con el que carga se convierte en una gran sensación dentro del pueblo, por lo que Mando planea dejarlo allí, sin embargo, al final del episodio queda claro que los muchos asesinos seguirán al niño sin importar dónde esté, y por eso, niega a dejarlo atrás.
Esta trama se parece a las historias de Black Wind, en el tomo cinco, y Hunger Town, en el tomo seis, que cuentan la promesa de una vida más normal para Daigorō, el hijo del samurái, solo para ponerlo de nuevo frente al camino del asesino sangriento que acecha a su padre, y así recordarle que su vida siempre será regida por la espada.
Si estás disfrutando de la historia inesperadamente emocional en el núcleo de The Mandalorian, debes asegurarte de leer el manga original, ver las películas japonesas, o la adaptación al animé, porque las historias tienen una influencia masiva en el universo de Goerge Lucas y en la iteración de la nueva saga de Star Wars.
Lone Wolf and Cub, entre tantas cosas más, también transpuso su narrativa original para que la usaran algunos géneros del cine como el gang noir de los años 70, siempre dejando varias enseñanzas, y entre una de las más valiosas, invitándonos a no olvidar que:
"Un padre conoce el corazón de su hijo, como solo un niño puede conocer el de su padre."