En las pinturas del alemán Wolf Kahn hay, sin duda, un seductor placer estético que hace sea fácil concentrarse en las relaciones entre el color y la forma.
Kahn, que nació en Stuttgart, Alemania, en 1927 y murió en Nueva York, Estados Unidos, el año pasado, tendía a enfatizar los aspectos prácticos de pintar y tomar decisiones formales en el proceso.
En Wolf Kahn: The Last Decade 2010-2020, última exposición que muestra las obras que realizó el artista durante los últimos 10 años de su vida, la Galería Miles McEnery de NY hizo un repaso de los paisajes más impactantes que realizó en dicho periodo.
Al mirar las pinturas de Khan, los espectadores pueden observar que sus paisajes están comprometidos con las experiencias y sensaciones del mundo natural.
Hasta cierto punto, la aproximación sensorial de Khan al paisaje también buscaba poner cierta distancia e incluso en algunos cuadros se puede apreciar la fuerza afectiva de la naturaleza.
El color es un ingrediente esencial en las creaciones de Kahn, quien generalmente prefería emplear llamativos colores y aplicarlos directamente del tubo y luego mezclarlos en el lienzo.
Los paisajes de Khan están llenos de sensaciones y rigor analítico, lo que los eleva de una forma especial ya que aunque son escenas cotidianas hacen vibrar al espectador por su magistral uso de colores.
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