Keiichi Tanaami, máximo referente del pop art japonés, plasma sus miedos, temores, paranoia y viejos recuerdos en cada una de sus coloridas obras.
A sus 84 años, Tanaami sigue vigente en el mundo del arte y explorando diversos recursos para seguir creando. Nada lo detiene y como muestra de esto están las más recientes colaboraciones que ha hecho con marcas como Adidas, Paul Smith o Moncler.
El artista cuenta con una impresionante trayectoria que incluye el haber trabajado en una agencia de publicidad, hacer ilustraciones, experimentar como artista y hasta haber sido el primer director de arte de la edición japonesa de Playboy.
A la hora de crear, para Tanaami simplemente no existen los límites.
Su peculiar estilo, que se caracteriza por un abundante uso del color, símbolos y un estilo caricaturesco, hace que sus creaciones sean complejas piezas en las que el espectador puede hacer múltiples lecturas.
Tanaami emplea elementos de la cultura popular y lo mezcla con todo aquello que proviene de sus mente, desde aterradores recuerdos de su infancia en la Segunda Guerra Mundial hasta cuando estuvo al borde de la muerte debido a una infección respiratoria que padeció a sus 45 años.
Para él todo, absolutamente todo, es fuente de inspiración y uno de los episodios que más lo ha marcado en su vida y que se repite en sus creaciones es el de haber vivido en carne propia los ataques con bombas incendiarias que sacudieron a la ciudad de Tokio durante la Segunda Guerra Mundial.
De aquella época, el artista asegura seguir reteniendo en su memoria todo aquello que vivió en cada uno de los ataques: como el aire caliente que liberaban estas bombas y sentía, pues rozaba la piel de todas las personas que se encontraban en aquella ciudad, así como los fuertes sonidos ligados a esto y el hedor que no lo dejaba respirar con facilidad.
La obra de Keiichi Tanaami es variada tanto en formatos como influencias ya que sus dibujos de personajes de diversas caricaturas, como Popeye, Mickey Mouse o Betty Boop, conviven con imágenes de calaveras y que hacen referencia a la muerte o son explícitamente sexuales.
El universo que Tanaami presenta en sus múltiples obras es rico e infinito, pues no hay tema del que no se atreva a abordar por complicado que parezca.
