Roy Ascott es un académico y artista pionero en las aplicaciones de la cibernética, la interactividad y la telemática en el ámbito artístico. Indica que somos parte de cambios físicos y mentales que potencializarán nuestras capacidades naturales.
El bioarte es la fusión de ciencia, biología, tecnología y arte para crear obras nuevas con materiales vivos como microorganismos, bacterias, hongos, piel, sangre y ADN, entre otros. Es la corriente más joven del arte contemporáneo apoyada en la tecnología para reflexionar cómo concebimos la vida y cómo podría ser en el futuro.
Stelarc, Eduardo Kac, Orlan, Amy Karle, Anna Dimitriu, Marta de Menezes, Suzzane Anker, Laura Splan y George Gessert son algunos principales autores del bioarte.
Roy Ascott nació en Bath, Inglaterra, en 1934. Desde la década de los 60 se dedica a la vinculación entre tecnología, conciencia y arte. A él se debo el término “arte telemático”, para describir el uso de las redes informáticas en línea como medio artístico.
Ascott advierte que todos estamos siendo testigos de nuestros propios cambios físicos y mentales con la ayuda de la ciencia y tecnología y que, además, estamos involucrados en esa transformación como lo vemos en prótesis, implantación de órganos y cirugías estéticas.
Con estos nuevos componentes, los humanos estamos adquiriendo nuevas facultades y conocimientos que debían llevarnos, en teoría, a la conciencia.
El sentido de “uno mismo” (self) tiene un alcance exponencial que nunca habría tenido con solo sus facultades naturales y genéticas, porque ahora puede estar en mundos reales o virtuales, o tener presencia en varios lugares a la vez y al mismo tiempo.
En sus obras sobre arte interactivos y cibernética, Ascott combina corrientes artística del surrealismo, fluxus, dadaísmo, arte pop y happening.
El teórico escribió el libro Abrazo telemático: teorías visionarias del arte, la tecnología y la conciencia, donde habla de filosofía, estética, interactividad y el sentido del yo y comunidad en el mundo telemático del ciberespacio.
El libro, uno de los primeros en el tema propone cómo la comunicación en red ha predeterminado el comportamiento y la conciencia dentro y fuera del arte.