Quienes tienen la oportunidad de ir a un bosque o lago, seguramente se han dado cuenta que existen esculturas hechos de leños, maderas o piedras. Las obras pueden ser circulares, rectangulares o con altura. A ese tipo de arte se le denomina “Land Art”, o arte de la tierra.
Al igual que las corrientes fluxus, povera y performance, el land art buscó otras alternativas que fueran más allá del sistema de museos y galerías para tener total libertad de crear.
El land art surgió en la década de los 60 en Estados Unidos, su principal exponente fue el artista Robert Smithson quien realizó sus primeras esculturas en lugares alejados de la población como desiertos y lagos.
Su obra más conocida en el mundo es “Spiral Jetty”, una escultura en espiral compuesta de rocas colocadas con maquinaria pesada. La obra se localiza en Lago Salado, estado de Utah.
El objetivo del land art es alterar la vista del paisaje que ofrece la naturaleza construyendo esculturas con los materiales que ella misma provee como rocas, algas, ramas, troncos, maleza, maderas, arena, agua, etc.
La mayoría de estos trabajos son efímeros porque no tienen algún tipo de cemento u hormigón para sostenerse, por ello, el artista se vale de la fotografía y el video para mostrar su trabajo, el acabado final y en algunos casos, de cómo se va deteriorando poco a poco.
Para elaborar una obra en medio del bosque, playa, desierto o montaña, los artistas se valen de llevar excavadoras o camiones, si es posible y si es su estilo, para colocar piedras de gran tamaño, construir rampas o hacer zanjas.
Otro estilo de hacer land art es el Richard Long quien traza un sendero con sus pies varias veces hasta que se forma un camino.
Quienes viven en Ciudad de México (CDMX) pueden visitar el Espacio Escultórico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En su campus de Ciudad Universitaria existe el Espacio Escultórico, una obra de land art en medio de un pedregal hecho por artista como Federico Silva, Sebastián, Helen Escobedo, Robero Acuña, Manuel Felguérez, Mathías Goeritz y Hersúa en 1979.
La próxima vez que estés de vacaciones en este tipo de espacios naturales observa con atención, porque seguramente serás testigo de una obra de arte que pocos podrán apreciar.