Giulio Paolini nació en Génova, Italia, en 1940. Estudió en el Instituto Técnico Industrial Estatal para las Artes Gráficas y la Fotografía en 1959. Frecuentó museos y galerías, y leyó periódicos de arte.
Paolini tuvo la influencia de su hermano mayor, Cesare, quien era arquitecto y lo inspiró a seguir líneas de investigación que llevaran a la anulación de la imagen.
El artista estuvo involucrado en dos grandes movimientos de las artes visuales: el arte povera y el arte conceptual.
En la década de los 60, Germano Celant, crítico y curadora de arte, invitó a Paolini a la corriente del arte povera.
Comulgó con la idea en ese momento, pero él quería experimentar con más ideas, por ello, la fotografía fue parte de sus líneas narrativas. Más allá del lienzo y las pinturas, Paolini se centró en la relación entre el autor de una obra y su público.
Este autor se distinguió por sus retratos “cara a cara” en los que el modelo parece devolvernos la mirada, e invitarnos a reflexionar.
En 1967 exhibió una copia en blanco y negro llamada “Giovane che guarda Lorenzo Lotto” (Joven que mira a Lorenzo Lotto) el cual consistió a un hombre joven y hermoso que contemplaba con franqueza al espectador, o al menos así había sido. Paolini cambió la perspectiva cambiando el título de la imagen.
En la década de los 70, sus obras fueron reconocidas por movimientos vanguardistas.
Sus trabajos “La visione è simmetrica?” (¿La visión es simétrica?) y la “Teoria delle apparenze” (Teoría de las apariencias), ambas de 1972, son investigaciones que mencionan la idea del cuadro como contenedor potencial de todas las creaciones del pasado y del futuro.
Sus obras giran en torno a un espacio de exposición y a un fin aplazado que deja al público en expectación.
Giulio Paolini ha expuesto en galerías y museos de Roma, Bolonia, Turín, Nápoles y Parma.
Vive y trabaja en Turín.