La apariencia de la motocicleta eléctrica Icotoma Tatamel resulta sumamente atractiva gracias a su innovador diseño, pues esta puede convertirse, literalmente en algunos segundos, en una colorida maleta.
Este vehículo no solo resulta bellamente diseñado sino que además es fácil de almacenar, algo sumamente importante en las grandes urbes, donde la falta de espacio para estacionarse se puede convertir en una verdadera pesadilla.
Si esta característica no te resulta lo suficientemente atractiva, también debes saber que la Icoma Tatamel es capaz de convertirse en una mesa, entre otras muchas cosas más.
Lo anterior se debe principalmente a que los páneles laterales son personalizables hasta el punto de convertirse en una pantalla para ver la televisión o en un panel solar para cargar batería.
Del mismo modo, las opciones de personalización estética también son muy variadas ya que, además de estos páneles, es posible adaptar los guardabarros, los asientos, los neumáticos y, básicamente, todo lo que se te ocurra.
El Icoma Tatamel también puede utilizarse como fuente de energía para cargar teléfonos inteligentes y otros dispositivos compatibles con toma USB-C. Lo cierto es que recargar batería en la misma, no es algo tedioso gracias a que se puede completar la operación en menos de tres horas.
Pero, ¿realmente esta motocicleta eléctrica es práctica como vehículo en el día a día? Lo cierto es que cumple lo justo como medio de transporte personal, ya que con su motor eléctrico de 600 W de potencia nominal y 2000 W de potencia máxima alcanza una velocidad máxima de 40 km/h.
Además, tiene una autonomía de hasta 30 kilómetros gracias a su batería LFP de 12 amperios, aunque esta puede ampliarse hasta 29.
Con un peso de 50 kilogramos, la Icotoma Tatamel ofrece al usuario una rueda delantera de 10 pulgadas y otras de 6,5 pulgadas detrás, además de doble suspensión y frenos en ambos ejes.
En cuanto a su almacenaje, este resulta limitado pues cuenta espacio para pequeños objetos, pero no para un casco. En esta ocasión, al menos, es el precio a pagar por la innovación y la versatilidad.
La startup japonesa, creadora de la Icoma Tatamel, empezará a aceptar los primeros pedidos en la primavera de este mismo año, aunque de momento no ha informado lo que costará esta insólita moto, ni en qué países del mundo se venderá.