¿A qué sabría, si se pudiera beber de una taza, una comedia romántica de Hollywood? ¿Cómo se vería si existiera más allá de la letra de una canción ese lugar del que cantaba El Gorrión, Edith Piaf, en el que aseguraba que de ser besada y asida con fuerza, cantaría con los ojos cerrados y se sentiría en una nube de color pastel? Se vería como el Beverly Café de Valencia, España, donde se puede gozar de la (be)vida en rosa.
El estudio de arquitectos Onlyou Design ideó y concretó un proyecto de interiorismo gourmet en Valencia. El Beverly Café es un espacio exquisito que emana elegancia atemporal en un esquema de color monocromático rosa para crear un efecto de "vidrio de filtro".
El interior utiliza piezas de decoración distintivas hechas exclusivamente para este espacio. La obra de arte del artista valenciano Gamuzacraft, hecha de más de 600 escalas de piel de vaca local, es la adición más notable al hall de entrada del baño. Una intervención experimental basada en gradiente rosa que imita la "efervescencia".
Más de 25 globos de fibra de vidrio en Milán, junto con todas las luminarias, crean un juego casi acrobático en el techo del espejo, dando la impresión de que se trata de un circo invertido. Hay cuatro bancos de media luna con respaldos tubulares simples y guiños vintage que combinan con los asientos Sancal. Por supuesto, hay rayos de luz rosa que se reflejan en los reflejos de luz de Flos.
Y su menú está inserto en el concepto del comercio local, no industrializado: cambia día a día con respecto a la disponibilidad de productos, que son frescos y de cultivo propio.
“Nuestra carta se modifica prácticamente a diario en base a la disponibilidad de nuestros productos. Trabajamos con producto local fresco y de temporada. Es por eso que debemos actualizar todos los días nuestra carta. ¿Quieres saber qué tenemos disponible hoy?”, anuncia en su menú online.
En verdad, es la cafetería que Instagram (y los instagramers) adoran. Está en la Gran Vía Marqués del Túria, en Valencia. Entre todo el cúmulo de lugares nuevos que han llegado con la gentrificación, éste ha conseguido destacar de manera visual por encima del resto. Desde unos metros de distancia –y antes de poner un pie en el local–, el denominador común en forma de paleta monocromática roba la atención del viandante. Todo, de principio a fin en esta cafetería, se mueve por el color rosa.
Entrar en ella es dejar atrás el frenético ritmo de la Gran Vía valenciana donde el tráfico, las prisas y la afluencia de personas, están a la orden del día. Allí se va a pasar un rato tranquilo sin prisas, saborear un buen postre y hacer la selfie de rigor para el feed de Instagram.
Onlyou Design Studio se propuso desde el inicio del proyecto marcar la diferencia y levantar en Valencia un local que teletransportara a las cafeterías americanas de los años 50 al más puro estilo sweet & pin-up.
“En la época en la que nos encontramos, el interiorismo es un apartado que ya no se puede descuidar. Hoy en día se trata de un pilar tan importante como la cocina y el servicio. Pero no hablamos únicamente del interior, sino que también tenemos en cuenta el menaje, la fotografía, los uniformes.. Todo tiene que respirar la misma esencia. Trabajar con el estudio Onlyou fue una apuesta muy acertada. ¡No podemos estar más contentos!”, señalan los de Beverly Café.
Si un ser tan abrumado como El Gorrión Piaf imaginó que la felicidad absoluta sólo era posible viendo la vida en rosa… tal vez en el Beverly Café puedas comprobarlo.