Aunque no conozcas nada de Sako Asko, el trabajo de este artista visual no te será ajeno: si has visto The Midnight Gospel (Netflix, 2020) o los promocionales de MTV de los años 80, estarás familiarizado con esta estilo increíblemente desestructurado de la narrativa clásica, que propone una nueva dirección en la entropía estética del existencialismo.
A Santiago Oliveros, el nombre detrás del pseudónimo, le interesa exponer las contradicciones de la vida y la profunda inmersión en el pensamiento de la existencia. Viaja del goce al dolor, con la misma paleta de emociones y colores. Su desestructura convencional es realmente atractiva.
Ha contado en diversas entrevistas que su inspiración inicial son los dibujos animados que veía de niño en TV. Las primeras imágenes que inundaron su cabeza de formas y colores harían comprometer su espíritu y marcarían los pasos en su carrera como artista contemporáneo.
En su primera exposición individual (algo llamado SADDASDADAS ADASJHKL) transformó en óleo sus sensaciones, que dejan manifiesta su preocupación por el dolor y el existencialismo. Sus ilustraciones, acrílicos y óleos, asistidos con fotografía, revelan la polaridad de las emociones: el goce y el dolor, la vida y la muerte.
Su trabajo (cuchillos, niños-cuervos, adultos infantilizados, dólares) recuerda a muchas otras cosas: al cartonista Ahumada, a las tarjetas de colección de los Garbage Pail Kids de los años 80, a un Lichtenstein contemporáneo. Criticar la sociedad de consumo, aspiracional, la indolencia y prácticas sociales incoherentes, son su lienzo preferido.
Su proceso creativo implica anotar ideas sobre papel, asociar imágenes con experiencias, leer y escuchar música: “La música genera en mí una búsqueda por decir algo, por decir nada; escuchar mis caprichos y deseos, dejarlos ser y sobre todo mantener mi propia reinvención constante en bastantes aspectos”, dijo el bogotano a la revista Diners.
Influenciado y reversionador de existencias, una promesa del arte contemporáneo en la escena colombiana quien, en sus propias palabras, lo que más ansía en la vida es sentir mucho, hacer sentir mucho la existencia y alcanzar la felicidad.