Nacida el 29 de junio en Tokio, Yoko Kamio es una conocida autora de cómic femenino que empezó su carrera en 1986 con Hatachi No Mama De Mattery, un shôjo publicado en la revista The Margaret de Shueisha.
Desde 1992, su exitoso manga shôjo Hana Yori Dango fue serializado durante 12 años, con lo que se afianzó con el título de una de los ilustradores de manga más importantes de la actualidad. Cuando su título se convirtió en todo un superventas, con más de 61 millones de copias vendidas en Japón, su popularidad también propició que se adaptara como serie de animación es incluso una película de live-action.
Actualmente, Yoko Kamio es uno de los más grandes nombres que brilla por mérito propio en su país natal, y que gracias a su grandísimo talento, ha sabido hacerse un hueco como una de las cabezas de serie de las publicaciones de manga japonesas.
Al final, su trabajo habla por sí sólo, pero para aquellos que no hayan tenido la oportunidad de acercarse a ella, ofrecemos un pequeño resumen de su trabajo.
Desde 1992 a 2004, Yoko dedicó 12 años a la creación de su buque insignia y más aclamado trabajo hasta el momento.

Fuente: Zerochan
Desde entonces, Hana yori Dango tuvo anime en Taiwán, Corea, Japón, China, así como películas de animación y de imagen real, CD-dramas y merchandising de sobra.
No hubo un solo país en toda Asia cuyas televisiones no adaptaran la historia con éxito de audiencia, ni persona que no la conociera. La locura, ultimadamente, hasta llegó a alcanzar a la televisión norteamericana con Boys Before Friends, en 2013, con una serie de dudosa calidad que fue cancelada más pronto que tarde.
Lo fascinante de la autora es que, a pesar de su abrumador éxito y alcance, nunca dejó de crear.
En 2005, volvió con un nuevo manga, Cats Street, en el que la historia de Keito Aoyama, una narrativa que se asemeja mucho a las telenovelas, pero con un toque animado que vuelve a los personajes reales a pesar de no serlo. Por ello, a pesar de la acción y el humor a raudales, hablamos de una autora que da mucha más importancia a los espacios, a los silencios y las miradas.
Con sus personajes entrañables llenos de inseguridades, ha sabido conectar con audiencias jóvenes y adultas a la par que ofrece una historia rica en aventuras.
Yoko ha evolucionado mucho desde sus primeras páginas; su estilo ha madurado desde lo más común de la década de 1990, un dibujo “sucio” y primario, lleno de gags y emborronado por tramas, donde primaba la acción, a historias con mucho mayor peso a personajes secundarios y a historias paralelas.
Ahora, sus dibujos son limpios y las tramas han dejado de irse por las ramas; se nota una madurez mental y de planificación que solo son posibles gracias a su gran bagaje con las viñetas y a que jamás ha dejado de trabajar. No abusa de las tramas y normalmente no usa más de 5 viñetas por página, dando incluso mayor importancia a las splash page.
Ha ganado en intensidad emocional invirtiendo en técnica de una forma magistral, ganándose la corona de una de las reinas de shojô actuales.
Su manga, uno lleno de intensidad y que sirve para afianzar a la autora como una de las grandes creadoras de shojo actuales, se ha vuelto imperdible y mágico, y es por eso que nos aventuramos a conocerla hoy.