La historia del manga: Mucho más que solo dibujos
Personajes de caricatura con toques reales, ojos grandes e historias profundas y fantásticas han caracterizado a lo largo de la historia al manga.
Estos libros de cómics japoneses creados a finales del siglo XIX, fueron traducidos literalmente como “dibujos caprichosos o garabatos”, por Hokusai Katsushika, maestro del Ukiyo-e, a quien también se le adjudica el vocablo manga, por su mayor colección de obras, Hokusai Manga.
La evolución del manga
El manga aunque está remontado en los pergaminos del siglo XII, tiene su obra prima en 1902, con Tagosaku to Mokube no Tokyo Kenbutsu, del dibujante Rakuten Kitazawa.
Su evolución a como lo conocemos ahora fue influenciado por las necesidades sociales y económicas de un Japón perturbado tras la Segunda Guerra Mundial, así como el arte occidental derivado de los dibujos animados y los cómics.
El dios del manga
Ese terrible momento postguerra también inspiró a Osamu Tezuka, conocido como el dios del manga, quien vivió para transmitir con sus dibujos mensajes optimistas, humanitarios y ambientales en Japón.
A través de Shin Takarajima (La nueva Isla del tesoro), Jungle Taitei (Kimba, el león blanco), Tetsuwan Atom (Astroboy) y Ribbon No Kishi (La princesa caballero), el padre del manga expandió y difundió la lectura y el consumo de manga en un Japón postguerra.
El artista japonés creó el primer manga del género shojo con La princesa caballero y continuó con la elaboración de temas más complejos y profundos como la homosexualidad, el uso de armas químicas y la corrupción política.
Hi no Tori (Fénix), Black Jack, Buddha y Adolf, fueron otros de sus grandes éxitos, hasta que murió a los 60 años a causa de cáncer de estómago, en 1989.
Hoy en día, el manga sigue teniendo gran influencia entre sus lectores japoneses y extranjeros y ha sabido sobrevivir a los tiempos. One Piece (1997), escrito e ilustrado por Eiichirō Oda es el manga más vendido en el mundo, con más de 406 millones ejemplares.
Y si en algo han coincidido estos grandes del arte japonés, es en la transmisión de mensajes sociales y humanos que tanta falta hacen en tiempos de crisis, y que sigan inspirando a los niños y jóvenes a leer y creer en un mundo donde todo es posible.