Cuando uno observa el trabajo de la fotógrafa Fares Micue es fácil quedar cautivado, pues cada composición que realiza resulta fascinante.
Para esta artista autodidacta, la fotografía fue durante varios años un simple pasatiempo pero con el paso del tiempo se convirtió en su gran pasión y luego en profesión.
Micue utiliza su cuerpo, así como diferentes objetos botánicos, como un lienzo externo para representar su pintoresco universo creativo interior.
La artista encontró en los autorretratos la mejor herramienta para trabajar ya que todo su proceso siempre comienza con una idea en su cabeza y el sentimiento que quiere transmitir.
La mayoría de las veces, Fares Micue crea un boceto de la imagen a la que quiere dar vida junto con todos los detalles que esta debe de tener, como colores, estado de ánimo, ubicación, ropa y accesorios, lo que hace mucho más fácil materializar su proceso creativo.
El trabajo de esta fotógrafa española se basa principalmente en lo positivo de la vida, en el empoderamiento y la amabilidad que uno debe de tener con uno mismo, pero no por eso rehuye de los temas crudos y reales, como el aislamiento y la inseguridad.
Sus fotos, por lo general, cuentan con fondos minimalistas, colores saturados y numerosos objetos para transmitir su mensaje: desde flores, plumas o creaciones de origami.
La obra de Micue permanece impregnada de una especie de fantasía que invita al espectador a confrontarse y a abrazar el crecimiento en todas sus formas metafóricas.