Una de las figuras más prolíficas y controvertidas en la industria de la fotografía japonesa es Nobuyoshi Araki, quien ha capturado miles imágenes y elaborado más de 500 fotolibros desde 1970.
Su cuerpo de trabajo resulta tan abundante que desafía la categorización fácil, además de que a eso se le debe sumar la desafiante experimentación de Araki con medios que incluyen collage, películas y, más recientemente, la tecnología instantánea de Polaroid.
El trabajo irónico e irreverente de Araki, que con frecuencia recurre a imágenes eróticas y bastante explícitas, ha provocado controversia y le ha valido cierto grado de notoriedad.
La naturaleza frenética de sus fotografías, que tiende a tomar con muy poca preparación, es emblemática de la experiencia japonesa de la Segunda Guerra Mundial y sus caóticas secuelas.
Una imagen de la esposa de Nobuyoshi Araki, Yoko, de la serie Sentimental Journey, 1971-2017. Fuente: The New York Times
Araki ingresó a la Universidad de Chiba en 1959, especializándose en fotografía y cine. La naturaleza reglamentada y tan técnica del programa, entonces ubicado en el departamento de Ingeniería, no resultaba de nada atractivo para el joven Araki.
Sin embargo, la película que entregó como su proyecto final, Children in Apartment Blocks (1963), sirvió como germen para una de sus primeras series fotográficas, misma que fue premiada por la revista Taiyo al año siguiente.
Después de graduarse, Araki tomó un trabajo como fotógrafo comercial para la firma de publicidad Dentsu.
Aunque encontró el trabajo bastante frustrantemente aburrido, Nobuyoshi Araki decidió hacer un buen uso de las instalaciones bien surtidas de Dentsu para dedicarse a la fotografía en su tiempo libre, llegando incluso a usar ilícitamente la fotocopiadora de la compañía para producir uno de sus primeros fotolibros.
Flowers, 1985. Nobuyoshi Araki. Fuente: The New York Times
Dos eventos fundamentales para la vida y el trabajo de Araki tuvieron lugar a fines de la década de 1960: su padre murió en 1967 y al año siguiente conoció a su futura esposa, Yoko Aoki, que entonces trabajaba como mecanógrafa en Dentsu.
Así, la muerte y el amor se convertirían en dos de los principales motores de la fotografía profundamente humana de Araki y Yoko, sin siquiera habérselo propuesto, se convertiría en su tema fotográfico más frecuente.
La pareja se casó en 1971 y se embarcó en una luna de miel que Araki fotografió extensamente. Con su estilo narrativo, con un tono bastante personal y estética vernácula, el resultado fue Sentimental Journey (1971), considerado uno de los fotolibros japoneses más importantes del Siglo XX.
Imagen de la temprana muerte de Yoko, de la serie Winter Journey, 1989-90/2005. Fuente: The New York Times
El éxito de Araki como fotógrafo le permitió dejar Dentsu para centrarse únicamente en su carrera artística en 1972.
Su inquebrantable concentración en su propia vida y experiencias (tanto sexuales como de otro tipo) rompió con la estética fotográfica documental dominante, personificada por figuras como Hiroshi Hamaya, así como con el movimiento Provoke, prevaleciente en la fotografía de vanguardia japonesa a partir de fines de la década de 1960.
Después de que Yoko falleciera en 1990, Nobuyoshi Araki decidió poner en marcha una serie de nuevos proyectos en los que incluso utilizó su propio diagnóstico de cáncer de próstata en 2008 como punto de partida para explorar el estado decreciente de la fotografía analógica.
Gracias a su gran talento, pero sobre todo, el permitirse compartir su mundo íntimo es que Nobuyoshi Araki, a sus 82 años, es considerado como en uno de los fotógrafos vivos más famosos de Japón.