Gustave Le Gray y Ray Collins tienen en común que ambos han puesto, literalmente, el foco en uno de los elementos más cautivantes de la naturaleza: el mar.
Le Gray, pintor y fotógrafo francés que vivió entre 1820 y 1884, fue quien capturó a través de su lente algunos de los primeros paisajes marinos de la historia de la fotografía.
Collins es un fotógrafo australiano de 39 años que reside en Wollongong y es conocido por sus dramáticas imágenes que capturan la diversidad de texturas y formas que emergen del agua.
Ambos genios, ambos grandes enamorados del mar, uno de los elementos más venerados y fascinantes con los que contamos y que sin importar que los separan tantos años sus obras transmiten una magia y fuerza única.
The Great Wave, Sète, 1857. Gustave Le Gray. Fuente: The Metropolitan Museum of Art
La genialidad de Gustave Le Gray radica que en 1850 consiguió fusionar en una única imagen los movimientos de las olas con las nubes flotando por encima, lo que hasta dicho momento había sido imposible de plasmar simultáneamente con una correcta exposición.
Lo anterior lo convirtió en uno de los precursores de la fotografía instantánea, lo que ahora suena fácil pero para aquel momento fue totalmente disruptivo.
Aunque fue retratista oficial de la corte de Napoleón III y colaborador de la fundación Misión Heliográfica para la que fotografió la zona sur y suroeste de Francia con la finalidad de preservar la imagen de los monumentos del país, Gustave Le Gray obtuvo fama internacional con su bellísimos paisajes marinos.
En cuanto a Ray Collins no siempre fue un fotógrafo del océano. Este solía trabajar en las montañas de Illawarra, Australia, extrayendo carbón, pero un día en 2007 dio un paso en falso que cambió su vida para siempre.
Phoenix. Ray Collins Fuente: Ray Collins Photo Website
Su pie quedó atrapado en un agujero, lo que le causó graves heridas. Hasta aquel día a Collins le gustaba salir de fiesta y practicar surf, pero su rodilla derecha quedó tan dañada que ni siquiera podía conducir su automóvil. Su vida se detuvo por completo y fue entonces cuando tomó una cámara.
Durante toda su rehabilitación aprendió lo más que pudo sobre cómo fotografiar, así que cuando pudo volver al mar, tan solo seis meses después del accidente, llevó su nuevo talento al agua.
Ray Collins ha pasado años viajando por el mundo tomando fotografías que capturan la sorprendente diversidad de texturas y formas que emergen del agua, lo que resulta hipnótico y también sencillamente increíble.