El impacto de la inteligencia artificial (IA) en el mundo del arte ha generado mucha controversia y desconfianza. Un ejemplo de esto es que una talentosa fotógrafa australiana fue descalificada de un concurso debido a que su obra fue confundida erróneamente como una creación generada por inteligencia artificial.
Suzi Dougherty, una actriz de Sídney, decidió participar en un concurso local de fotografía de moda organizado por Charing Cross Photo. Sin embargo, se llevó una gran sorpresa cuando le informaron que su imagen había sido descalificada por sospechas de haber sido creada con IA.
Dougherty, desconcertada pero comprensiva, calificó el incidente como un error honesto. El incidente pone de manifiesto cómo la IA está generando un impacto en el mundo artístico, incluso llegando a confundir a los expertos en fotografía.
La imagen en cuestión fue capturada durante una sesión de fotos improvisada con su hijo de 18 años, Caspar, en el "Gucci Garden Archetypes" de Sídney. La exposición inmersiva exploraba las campañas publicitarias del gigante de la moda.
La foto seleccionada mostraba a Caspar luciendo un suéter rojo de Lacoste, una camiseta blanca y pantalones oscuros, con una imponente cadena alrededor del cuello. Parecía estar en movimiento, mirando con seriedad hacia el lado izquierdo de la imagen, mientras su mano izquierda alcanzaba la de un maniquí masculino ubicado detrás de él.
Dougherty explicó que la foto contaba una historia en la que los maniquíes representaban a dos amigos de su hijo en el baño de una discoteca. A pesar de la narrativa clara y el proceso de selección, la organización del concurso sospechó que la foto estaba generada por IA, algo que sorprendió a la propia fotógrafa.
En tanto, Iain Anderson, dueño de Charing Cross Photo, admitió haber cometido un error al descalificar la fotografía. Explicó que las caras de los maniquíes parecían demasiado perfectas, lo que lo llevó a creer que la imagen era falsa.
Anderson reveló que él y su tienda han estado discutiendo mucho sobre la IA, lo que generó cierta paranoia en torno a su influencia en el mundo de la fotografía.
Aunque el malentendido dejó a Dougherty fuera de la competencia, la historia tuvo un giro inesperado. Ahora, la fotógrafa y Anderson están trabajando juntos para vender la imagen como una edición limitada de impresiones.