Nos ha dejado Carlos Pacheco, un grande entre los grandes, y aún más grande si uno es fan de los superhéroes.
Su carrera internacional habla por si sola, y es que, gracias a su genial talento, a su inteligencia y al arte de saber estar en el momento oportuno, se abrió paso en el mercado americano, específicamente en el género de superhéroes, más aún cuando era inimaginable que un autor hispano pudiera encontrar su lugar ahí.
Con su energía, abrió el camino para que otros artistas entraran posteriormente en las filas de Marvel, DC y otras grandes editoriales de la industria estadounidense, ahora relacionada poderosamente con el medio audiovisual.
Adios a Carlos Pacheco. Fuente: Europa Sur
A punto de cumplir 61 años el próximo 14 de noviembre, Pacheco ha muerto, según han confirmado fuentes de la familia del dibujante a este periódico, en el Hospital de La Línea de la Concepción de Cádiz, España, a causa de esta enfermedad degenerativa que él mismo quiso anunciar en sus redes sociales cuando le fue diagnosticada.
Diagnosticado de ELA (esclerosis lateral amiotrófica) en septiembre de este año, el historietista deja el mundo como uno de los dibujantes españoles más famosos del mundo tras afrintar este “inesperado cambio de guion” con el mismo estoicismo y fortaleza que los superhéroes que lo coronaron como el primer español en hacerse un lugar de honor en la industria estadounidense del cómic.
Desde muy joven, Carlos se reveló como un gran aficionado al género viñetístico, tanto que comenzó haciendo trabajos en pequeñas publicaciones locales mientras estudiaba la carrera de Biología Marina en la Universidad de Sevilla.
Tras obtener varios galardones, finalmente pudo dar el salto al cómic profesional de la mano del grupo Planeta, elaborando adaptaciones para España de portadas, carteles e ilustraciones de los cómics editados en Estados Unidos por la editorial Marvel.
A los 29 años consiguió su gran oportunidad: publicó su primera historieta, American Soldier, como complemento del número 41 de Marvel Héroes. Era un “episodio piloto” para una serie basada en un superhéroe español, creada junto al sevillano Antonio Moreno, que no logró tener continuidad.
Tres años después, la oficina británica de Marvel le permitió dar el salto a las grandes ligas del cómic, con lo que trabajó en las series Dark Guard y Death’s Head II / Motormouth. Posteriormente, fue reclutado por DC Comics para dibujar las aventuras de Flash en 1993. En principio, de manera provisional, pero aquello sirvió para convencer a los editores de Marvel de ficharlo para sus colecciones de mutantes.
En ese tiempo, también escribió y dibujó historietas nacionales, como Iberia Inc., una miniserie de seis episodios publicada por Dolmen Editorial en 1996; y es autor de una serie personal, Arrowsmith, que cuenta con guion del célebre escritor de cómics estadounidense Kurt Busiek.
Su trabajo ha sido reconocido con numerosas distinciones, entre las que destacan su nombramiento como autor revelación de la revista estadounidense Wizard, y su inclusión desde entonces en el top ten de autores de la misma revista desde 1997.
En 2001 alcanzó la primera posición de esa lista. Su vida ha quedado plasmada en el libro La aventura gráfica de Carlos Pacheco, editado por Planeta, en el que se realiza un recorrido por su trayectoria personal y profesional.
En abril, poco antes de anunciar que estaba enfermo, sin conocer aún el diagnóstico, Carlos escribía en redes sociales, donde siempre se mostró muy activo: “No me olviden, por favor”, para comunicar a sus seguidores “un problema de salud” por el que se iba a tomar un año sabático.
Ha dejado sin culminar su último compromiso con Los Cuatro Fantásticos, en proceso cuando enfermó, pero su vitalidad —por la que era especialmente conocido— y su energía de superhéroe lo acompañaron hasta el final.
Con “una vida que ha ido más allá de los sueños más locos de aquel chaval que un día fui”, según escribió en sus redes sociales, Pacheco seguirá siendo una leyenda del cómic de superhéroes, con una larga trayectoria internacional y un impacto, tanto entre aficionados como entre profesionales del medio.