Lamentablemente muchas obras de arte fueron destruidas o robadas en guerras, pero también muchas otras, gracias al esfuerzo de individuos e instituciones, fueron resguardas y hoy en día podemos disfrutar de ellas.
Existen infinidad de ejemplos, pero hablaremos de cuatro en concreto para conocer todo lo que su resguardo representó.
La Mona Lisa, de Leonardo da Vinci
Debido a la Segunda Guerra Mundial, la pintura más famosa del mundo, La Gioconda, salió del Louvre el 28 de agosto de 1939 para garantizar que no sería dañada ni robada por los nazis.
Antes de que regresara de nuevo al Louvre, la pintura realizada por Leonardo da Vinci fue trasladada a seis diferentes puntos de Francia, pero su salida de este recinto es digna de una película de acción ya que fue trasladada en una ambulancia para que nadie sospechara que dentro de ella iba esta joya de arte.
Jacques Jaujard, Director de los Museos Nacionales franceses de aquella época, ordenó esconder a La Mona Lisa en abadías, castillos e incluso un pequeño museo del sur de Francia. Los posteriores escapes fueron hechos en una camioneta blindada en la que se podía controlar la temperatura, lo que ayudó a preservar la pintura.
Antes de que los alemanes se apoderaran de París, el Louvre logró dispersar su acervo, alrededor de 36 mil pinturas, por toda Francia, lo que hoy permite que podamos disfrutar de todas sus piezas.
Retrato Ecuestre de Carlos I, de Van Dyck
Los británicos también realizaron una labor titánica al proteger la colección de la National Gallery de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Desde que inició la guerra, las 2 mil obras de este recinto fueron trasladadas a ubicaciones temporales en Gales hasta que el gobierno decidió convertir una cantera en Blaenau Ffestiniog en una galería temporal.
De todo el acervo, el Retrato ecuestre de Carlos I, de Van Dyck, representó el mayor reto por su gran tamaño (3.6 x 2.9 metros).
Al trasladar las piezas resulta que este cuadro, debido a su dimensión, no pudo ser colocado en su interior, pero ahí no quedó todo. Una vez que fue colocado en la parte trasera del camión de una forma especial resulta que el vehículo no pudo tomar una curva cerrada ya que el arco de un puente ferroviario impedía esto.
La solución para llegar a Manod Quarry, nombre de la cantera que sirvió como galería: excavar en la superficie de la carretera para obtener unos cuantos centímetros y poder maniobrar.
Las meninas, de Diego Velázquez
Gran parte del acervo del Museo del Prado fue evacuado durante la Guerra Civil española para evitar que resultara dañado por los constantes bombardeos.
Las obras de arte fueron trasladadas a diversos lugares como Barcelona o la provincia de Gerona, pero debido a la urgencia varios problemas tuvieron que ser resueltos sobre la marcha.
Los encargados de cuidar todas las obras del Museo del Prado, incluyendo a Las mininas de Velázquez, fueron los trabajadores del recinto y sus familias.
Para el traslado de todas estas obras se necesitaron 36 camiones y en un par de ocasiones fueron sorprendidos por el enemigo así que Los fusilamientos y La carga de los mamelucos, de Francisco Goya, resultaron dañados.
La caja que transportaba Las meninas tuvo un problema similar al que sufrió el Retrato ecuestre de Carlos I: resulta que no cabía por el puente que cruzaba el Ebro.
Para solucionar dicho problema, la camioneta que realizaba el traslado tuvo que salirse de la ruta trazada y buscar un nuevo camino, lo que retrasó el viaje e implicó un gran contratiempo, pero Las meninas quedaron sanas y salvas.
Retrato de María del Pilar Teresa Cayetana de Silva Álvarez de Toledo y Silva Bazán, de Francisco Goya
Actualmente el Palacio de Liria, ubicado en el centro de Madrid, resguarda una de las más grandes colecciones de arte privado en el mundo, la cual fue acumulada por varias generaciones de la Casa de Alba.
Dicha colección de arte, que abarca desde el siglo 15 al 20, estuvo en peligro durante la Guerra Civil española.
Resulta que la residencia de los Duques de Alba, construida en 1773 por orden de Jacobo Fitz-James Stuart, fue bombardeada así que su interior quedó reducida a cenizas, quedando únicamente en pie sus cuatro fachadas.
Gran parte de la colección se salvó porque se puso a salvo en diversos puntos: la Embajada Británica, el Banco de España y un par de castillos.
El retrato de Goya era el predilecto de la famosa Cayetana de Alba. Debido a esto ella pidió a su padre Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, el Duque de Alba, que fuera resguardado lo mejor posible cuando dejaron el Palacio de Liria debido a la Guerra Civil ya que tenía grandes planes para él.
Por dicho motivo, el cuadro fue trasladado por separado al Banco de España ya que se aseguraron contara con la mejor protección posible así que su caja fue hecha de una madera diferente al resto, lo que tomó un par de días más.
Afortunadamente los 249 óleos, 54 dibujos, 52 tapices, 117 acuarelas, 137 miniaturas, centenares de objetos históricos y 18 mil documentos que forman parte de la historia de España fueron llevados a tiempo a lugares seguros antes de que el Palacio de Liria fuera atacado.
Entre las distintas obras de esta colección destacan las de autores de la talla de Tiziano, Rubens, Rembrandt, Murillo, Ribera, Velázquez, Goya y Mengs.