Literal y figurativamente, Liu Bolin desaparece en sus creaciones. En sus foto-performances, es el espectador quien necesita descubrir el significado de la obra, quien necesita detectar los contornos de su silueta y revelar la forma humana.
Por ello se dice que no siempre es fácil detectar a Liu, ya que el artista chino prefiere esconderse en el fondo, literalmente. Es así que por medio de su arte de camuflaje se ha ganado el apodo del "hombre invisible".
A lo largo de sus esculturas, instalaciones, fotografías y pinturas, Liu explora las tensiones entre el individualismo y el colectivismo, particularmente en su China natal.
Representado tan a menudo, en tantos lugares del planeta, su trabajo está impregnado de la idea de que en este mundo hay innumerables formas de ser tragado, innumerables formas de negar la propia individualidad.
Para el joven artista, su arte puede ser el entorno de la ciudad lo que te reduce a una sombra en la pared; puede ser reflejo de nuestra sociedad de consumo, o bien, de lo que amenaza con absorberte.
Liu Bolin nació en 1973 en Shandong, China. Recibió su licenciatura de la Facultad de Artes de Shandong en 1995 y su maestría de la Academia Central de Bellas Artes en 2001. Liu actualmente reside y trabaja en Beijing, China.
Su carrera artística comenzó a principios de la década de 1990, cuando China emergió de los efectos aplastantes de la Revolución Cultural y comenzó su rápido crecimiento económico y estabilidad política.
En su serie más famosa, se pinta a sí mismo para confundirse con el fondo e invita a su audiencia a buscar al 'Hombre invisible', que representa a los hombres olvidados de la creciente superpotencia económica que lo vio nacer.
Atravesando medios como el performance, la fotografía y el activismo social, Liu disecciona la tensa relación entre el individuo y la sociedad al "desaparecer" en entornos que son sitios de intriga, contención y crítica.
Tanto las fotografías como las esculturas de Liu se han exhibido en numerosos museos e instituciones de todo el mundo, y ha colaborado con Kenny Scharf, JR, Jon Bon Jovi, Jean Paul Gaultier, Fernando Botero, Carlos Cruz-Diez y Annie Leibovitz.
Paralelamente a su trabajo fotográfico, Liu continúa practicando la escultura, el medio con el que comenzó como artista, y crea figuras humanas hechas de componentes electrónicos, placas base, cables USB. Esta obra escultórica completa, y en cierto modo ilumina, la serie del Hombre Invisible.
Parte de la misma visión de la humanidad en peligro, y nos invita a cuestionarnos si nuestra especie no está quizás en camino de disolverse en las estructuras tecnológicas, económicas y políticas de la época contemporánea.
Al final de todo, la desaparición del artista perpetua es ante todo un pretexto para volver a ponerlo de regreso en escena.