Si bien la agitación política de China a mediados del siglo XX cambió el curso de la historia, también sirvió como catalizador para un intercambio cultural sin precedentes con Occidente. Después del final de la guerra civil, varios artistas chinos se mudaron a París para seguir su carrera creativa.
Influenciados por el trabajo de maestros franceses como Matisse, Picasso y Gauguin, los artistas chinos Zao Wou-Ki y Chu Teh-Chun encontraron en esta ciudad la libertad de alejarse del estilo de pintura clásica de su tierra natal.
En 1948 Zao instaló un estudio en Montparnasse, donde se convirtió en vecino del escultor suizo Alberto Giacometti y más tarde conoció a Miró, Pierre Soulages, Henri Michaux -que se convertiría en su colaborador de toda la vida- y Picasso. Pronto disfrutó de un gran éxito comercial y del respaldo de la crítica tanto en París, como en Nueva York, y más tarde fue condecorado con la más alta orden al mérito de Francia, la Légion d'honneur.
Si bien Zao Wou-Ki ahora es reconocido como una figura destacada de la Escuela China de París, su esposa Xie Jinglan, mejor conocida como Lalan, es un miembro menos conocido de dicho grupo. Hija de un erudito, Xie era una música talentosa.
Sans Titre, 1967. Lalan. Foto: Sotheby's
Durante su tiempo en el departamento de música de la Escuela de Arte de Hangzhou, conoció a Zao Wou-Ki y se casó con él en 1941. Al mudarse a París en 1948, Xie se encontró en el centro de una emocionante escena artística cuyas figuras principales eventualmente influirían en su desarrollo artístico.
Continuó sus estudios en París, matriculándose en el Conservatoire National Supérieur de Musique et de Danse de Paris y más tarde en el American Cultural Centre, tras haber visto la obra de Martha Graham.
Durante este tiempo colaboró a menudo con su marido, aconsejándole en títulos e incluso en composición, pero no fue hasta su divorcio en 1957 que empezó a realizar su propia obra. En 1958 se casó con el músico y escultor francés Marcel Van Thienen, quien la introdujo en la música electrónica.
Untitled, 1990. Lalan. Foto: Sotheby's
Cambió su nombre a Lalan y comenzó a hacer pinturas que unían su amor por la música y el arte, la danza y la poesía, a través de gestos cuidadosamente coreografiados.
Si bien sus grandes lienzos abstractos muestran la influencia del trabajo de su ex esposo Zao Wou-Ki, también representan la libertad de expresión y la curiosidad que aportó a toda su producción artística. De acuerdo con su hijo Jia-Ling Zhao, la vida de Lalan en París la llevó a sentirse "incapaz de estar en paz porque el mundo estaba demasiado ocupado con personas que tenían demasiadas ideas y deseos".
Para combatir al caos, Lalan comenzó a leer libros de taoísmo, lo que la llevó a descubrir una sensación de calma que logró reflejar en sus obras. Otras influencias chinas en su trabajo incluyen el uso de la caligrafía y los efectos ahumados.