La artista coreana Haegue Yang es conocida por crear impactantes entornos inmersivos a partir de una amplia (y muy poco común) gama de materiales.
Cabe destacar que sus esculturas e instalaciones a menudo utilizan objetos fabricados industrialmente, entretejidos con procesos hechos a mano y basados en la artesanía.
Dichos procesos reflejan las culturas paganas y su profunda conexión con diversos rituales estacionales en relación con fenómenos naturales.
A menudo, las obras de esta artista de 50 años abordan temas tan complejos como el de identidad individual y nacional, desplazamiento, aislamiento y comunidad.
Durante la última década, el trabajo de Yang ha aparecido en algunos de los foros de arte contemporáneo más importantes del mundo, lo que incluye Documenta en Kassel, Alemania, y la Bienal de Venecia, además del Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Con obras que derrochan sensualidad y melancolía, las cuales suelen estar hechas con persianas, focos y otros objetos domésticos, es que Haegue Yang ha logrado escapar de ser etiquetada en el mundo del arte contemporáneo.
Al aceptar su ambigüedad y estar constantemente experimentando, Haegue Yang ha encontrado una manera de hacer arte sobre la identidad sin atarse a uno basado en el género, la raza o la geografía, lo que resulta fascinante.