La artista y también activista Ester Hernandez es conocida por abogar por los derechos de los trabajadores, las causas ambientales, las mujeres y la comunidad LGBTQ+.
Resulta que fue una de las primeras voces del Movimiento Chicano que se centró las experiencias de las mujeres en sus disruptivas serigrafías.
Fue durante las décadas de 1960 y 1970 cuando surgió el llamado Movimiento Chicano, donde se dio un periodo de luchas sociales y políticas.
En dicha etapa surgió un gran interés por el reconocimiento a una minoría oprimida, por la defensa de los derechos civiles y por la aceptación de una nueva identidad: la chicana.

Con Cariño, Lydia Mendoza. Ester Hernandez. Fuente: Warnock Fine Arts
En este contexto surgió el arte chicano, el cual compara y analiza el perfil sociológico de sus integrantes, además de que refleja la vida diaria del chicano, planteando sus problemas y peculiaridades de identidad.
Una de las figuras más importantes que surgió de dicho movimiento fue la de Ester Hernandez, quien decidió centrar su trabajo en temas políticos, sociales, ecológicos y espirituales que reflejaban su interés en la comunidad chicana.
Cabe señalar que sus obras suelen celebrar la capacidad de las mujeres para adaptarse y recrearse en circunstancias y entornos extraños y bastantes complejos.
Esta artista se enfocó en deconstruir las categorías y percepciones que se tenían hasta dicho momento sobre los iconos o símbolos culturales populares tradicionales.
A través de sus obras, Ester Hernandez ha reivindicado a la Virgen de Guadalupe, quien ha desempeñado un papel crítico en el catolicismo mexicano.
La Virgen de Guadalupe es un ícono religioso canónico que continúa creciendo en devoción desde que la imagen mariana original del Siglo XVI se le apareció a Juan Diego en una tilma, o manto, en Tepeyac.

La Virgen de Guadalupe Defendiendo los Derechos de los Xicanos, 1975. Ester Hernandez. Fuente: Smithsonian American Art Museum
Pero esta artista chicana decidió utilizar dicha imagen, que hasta entonces pocos se habían atrevido a reinterpretar, para adornar la espalda de quien en 1988 era su pareja en la serigrafía La Ofrenda.
La delicada escena incluye la mano de Hernandez ofreciendo una rosa a su pareja, destacando la intimidad entre ambas mujeres.
En la obra La Virgen de Guadalupe defendiendo los derechos de los xicanos, la artista reimagina a la Virgen como una moderna mujer karateca que emerge de su nicho de rayos de luz.
En México, la imagen de la Virgen se ha usado para defenderse de las pestes y las hambrunas, y para el éxito de las causas políticas, como las luchas por la independencia de México contra España.
Por lo tanto, las obras de Hernandez rechazan la pose usualmente plácida de la Virgen y funcionan más bien como un autorretrato, así que de logró apropiarse, de la mejor forma, de uno de los símbolos culturales populares tradicionales más importantes.

If This is Death, I Like It, 1991. Ester Hernandez. Fuente: Calabi Gallery