“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor”, así comienza el libro más leído en el mundo: Don Quijote de la Mancha.
Personajes como Ernest Hemingway, Nobel de Literatura, y el padre del psicoanálisis Sigmund Freud, aprendieron español para leer el Quijote en su idioma original.
La novela de Miguel de Cervantes Saavedra, publicada en España en 1605, también ha sido ilustrada por diversos artistas como Honore Daumier, Gustavo Doré, José Moreno Carbonero, Antonio Navarro Menchón y Pablo Picasso.
Sin embargo, el pintor que más veces plasmó la historia del ingenioso hidalgo fue el pintor surrealista Salvador Dalí.
Dalí realizó la primera viñeta de esta historia en 1925 para una revista en Catalunya. La segunda serie de dibujos alusivos a la novela (una serie de 30 grabados, 10 acuarelas y 20 dibujos) la creó durante su exilio en Estados Unidos en 1946.
A finales de los años 50 hizo grabados que se podían adquirir en fascículos o folletos coleccionables. En 1977 pintó acuarelas que se comercializaron en cromos y litografías.
El último dibujo sobre el Quijote lo dedicó a Edmund Kline, el padre de la inmunología y experto en cáncer de piel, en 1980 con las palabras: “Para el doctor Klein, mi ángel”.
El médico estadounidense recibió de Dalí varios dibujos en pago por las consultas para atender un cáncer de piel que padecía el genio español. El pintor llamaba a Kline, “El Quijote de la genética”.
Los dibujos dedicados al médico se expusieron en la Universidad de Búfalo en 2009.
En 2002, la academia sueca de escritores decidió que la historia de Alonso Quijano es la mejor novela escritora de todos los tiempos. La obra compitió con Guerra y paz de León Tolstói, y con En busca del tiempo perdido de Marcel Proust.
El 23 de abril es el Día Internacional del Libro, decretado por la Unesco y en conmemoración por los aniversarios luctuosos de Miguel de Cervantes y William Shakespeare.